Con fecha 2 de septiembre de
2010, se publicó la
Resolución N° 843/2010 de la IGJ Inspección
general de Justicia, por la cual se otorga la personería jurídica a la Fundación Cine con
Vecinos, trámite iniciado hace casi dos años ante ese Organismo Público, con el
patrimonio inicial donado por el intendente Carlos Antonio Gorosito (en agosto
de 2008) en nombre de la comunidad de Saladillo.
-La sede central de la Fundación Cine con
Vecinos figura con domicilio legal en Buenos Aires, donde Fabio Junco y Julio
Midú (presidente y secretario de la Fundación) desarrollan sus actividades artísticas
y laborales. En un futuro, ambos cineastas estudian la posibilidad de abrir un
Museo Temático en la ciudad de Saladillo, sede del Festival de Cine con Vecinos
y epicentro de un fenómeno cinematográfico comunitario de repercusión nacional
e internacional.
-La prolongada gestión legal
ante la Inspección
General de Justicia fue liderada -ad honorem- por el equipo
jurídico del Dr. Julio Raffo (referente en materia de legales de la Cinematografía Argentina)
junto con la abogada Cristina Jorge, perteneciente a su staff jurídico. En el
plano contable, las presentaciones estuvieron lideradas -también ad honorem-
por la contadora saladillense Lilian Quinterno y el contador Alberto Ladaga.
-Entre los objetivos
inmediatos de la
Fundación Cine con Vecinos figuran: la consolidación de los
proyectos cinematográficos comunitarios en distintos puntos del país; el
crecimiento contínuo del tradicional Festival Nacional de Cine con Vecinos con
sede en Saladillo; su futura réplica en Buenos Aires y otras capitales de
provincia; la edición de materiales didácticos para la difusión y enseñanza de
nuevos métodos familiares de realización audiovisual y la divulgación académica
de contenidos y materiales audiovisuales independientes y comunitarios, en
virtud de las nuevas perspectivas en materia de comunicación, con la creación
de nuevos canales públicos de difusión de contenidos comunitarios.
El futuro sitio WEB de la Fundación será: www.cineconvecinos.com.ar
Fabio Junco, Lilian Quinterno, Cristina Jorge y Julio Midú
NUESTRA HISTORIA
Las nuevas tecnologías
digitales han democratizado
el acceso de casi todos a un
mundo que estaba
reservado para unos pocos…al
menos en el cine.
La aparición de cámaras de
video familiares permitió,
a quien quisiera, concretar
el sueño de realizar
un cortometraje o un largometraje.
Una oportunidad
para quienes creen que es
posible contar una
historia con lo que se tenga
a mano: la casa, el auto,
el campo, los amigos, los
familiares, el tiempo de
todos y las ganas de muchos.
Y se empieza como un juego,
como ocurrió en
Saladillo, donde ya suman
dieciocho los largometrajes
de ficción realizados en
sólo una década.
Parece mucho, pero sólo es
un comienzo.
En estos primeros diez años
llegamos a una sola
certeza: lo que importa es
la continuidad. Y además,
intentar hacer un cine para
la gente, para la
comunidad que lo dio todo y
lo hizo posible.
En tanto, seguiremos hacia
adelante. Y de paso,
intentaremos hacer historia.
Humildemente.
Definitivamente, la
identidad de cada pueblo queda
registrada en cada película…para
siempre.
Fabio Junco y Julio Midú
Los organizadores
NOTA PUBLICADA EN EL DIARIO "TIEMPO ARGENTINO"
16 de Enero de 2015
Fabio Junco, cineasta
"Los vecinos eligen contar
injusticias"
Explica el
fenómeno del cine comunitario, y de un proyecto que acumula 150 cortos y 26
largometrajes protagonizados por habitantes de Saladillo. Una herramienta de
denuncia.
Daniel Enzetti
Junto con
Julio Midú, acaban de estrenar Flores de ruina, comedia negra con un elenco que
encabezan Ellen Wolf, Nélida Augustoni y René Regina. El largometraje es el más
reciente de los gestados por el proyecto Cine con vecinos, una convocatoria que
la dupla de directores inició hace 15 años en la ciudad bonaerense de
Saladillo, por la que ya llevan filmadas unas 25 películas donde actúan
habitantes del lugar. Pero la idea para que caras anónimas cuenten historias no
termina ahí. También, con fomento del INCAA, recorren el país invitando a que
la gente se exprese en cortometrajes de hasta 12 minutos, programa que hasta
hoy registra casi 150 producciones terminadas. "Por lo general, los
vecinos eligen denunciar. Es la única oportunidad que tienen de contar
injusticias", dice Fabio Junco.
-¿Cómo
arranca el proyecto "Cine con vecinos"?
-La idea se
fue gestando de a poco, a partir de que Julio (Midú) y yo nos conocimos en
Saladillo, pueblo donde nacimos los dos. Era la época del VHS, él trabajaba en
una fábrica de zapatillas, pero cuando podía, hacía cine con la participación
de la gente. Ficciones muy rudimentarias, con pocos recursos, que metía dentro
de un noticiero local.
-Bastante
bizarro...
-Sí (se
ríe), pero un estilo del que Julio nunca renegó. Es un tipo que se nutría de la
telenovela mexicana, donde se sobreactuaba, se recitaba de memoria, impostando
la voz. En la actualidad somos bastante autocríticos de aquello, pero también
reconocemos que si ese comienzo no hubiera existido, hoy no estaríamos haciendo
lo que hacemos.
-¿Usted
venía del mismo lado?
-No, lo mío
era el periodismo, la locución, pero me enganché con la idea en 1994. A
propósito de lo bizarro, ciertas cosas tenían esa impronta, pero no eran
marginales para nada. Los domingos a las 22:00, media ciudad de Saladillo veía
las películas.
-No me diga
que es material de colección, como aquellas películas de Ed Wood, que la
crítica destrozaba y ahora son de culto.
-Bueno, algo
de eso hay (se ríe). En definitiva, para la gente, esto es un canal muy válido
de expresión, y una manera de contar cosas que no pueden decir porque muchos
espacios para hacerlo se les cierran.
-¿Cuánto se
filmó hasta ahora?
-Hicimos 26
películas desde 1999, por las que pasaron unos 500 vecinos, aproximadamente.
-Además,
ustedes llevan adelante otra actividad, que son los cortometrajes fomentados
por el INCAA, también con el protagonismo de la gente. ¿De qué se trata eso?
-Fue una
propuesta que iniciamos hace cinco años, y son cortos para los que llamamos a
los habitantes de un lugar determinado. Se hace una convocatoria previa en un
pueblo o en una ciudad, y vamos un sábado a los "talleres exprés".
Llegamos a la mañana, se discuten 40 ideas posibles, se vota por la ganadora y
filmamos la tarde. El corto se estrena esa misma noche. Ya vamos por casi 150
producciones.
-¿Qué elige
contar la gente?
-Es un tema
interesante porque predominan las denuncias de alguna injusticia. Prácticamente
no hay cosas graciosas, satíricas. Nosotros explicamos que no es que los
vecinos no tengan humor. Lo que ocurre es que son pocas las posibilidades que
tienen de reclamar, y al poder hacerlo por este camino, aprovechan. En Esquel,
por ejemplo, un viejo pescador que siempre había podido acercarse a las costas
de los lagos a llevar comida para su familia, relató cómo ahora no puede hacerlo,
porque esas costas están privatizadas, y los sitios que eran reserva natural,
hoy tienen dueño. La noche que se estrenó aquel corto en el cine de la ciudad,
a las autoridades locales no les gustó mucho el tema. Y ahí es cuando vemos que
se trata de una herramienta efectiva.
-Por lo
general, al cine se lo relaciona con la industrialización. Sin embargo, esto
demuestra que existe un tremendo potencial para crear cosas fuera del circuito
que entendemos por profesional.
-Ese
potencial es enorme, y lo comprobamos en la muestra que hacemos todos los años
en noviembre. Ya hicimos once encuentros, en los que invitamos a todos los que
hacen cine por fuera de los circuitos profesionales y del Estado. Recibimos
unas 50 películas por año, producidas por estudiantes, cooperativas, sindicatos
o directores amateurs.