LUCHADOR DE TIEMPO COMPLETO
En la excelente película documental "Z4 el campito", que testimonia lo que
ocurrió en Campo de Mayo a partir del 24 de marzo de 1976, se reviven los
momentos de inmensa alegría que fueron motivados por el reencuentro de Abel
Madariaga con su hijo Francisco en el año 2010. Emocionan los testimonios de
ambos y su abrazo interminable, participando en un juicio que en esos años HIZO JUSTICIA: la condena a perpetua
para militares de distintas graduaciones que instalaron uno de los más
terribles centros de muerte, desaparición y torturas de ciudadanos (para ellos
"terroristas"), amén de ser la base desde donde partían los vuelos de la
muerte, que arrojaron innumerables cuerpos a las aguas del Río de la Plata y el
Océano Atlántico.
A pocos días de recordar 48 años de esa noche negra llamada "proceso", que
reivindica la actual vicepresidenta de la Nación con el visto bueno del
presidente (en su discurso del 1 de marzo ironizó acerca de los 30.000
desaparecidos) Abel se fue para el Gran Silencio.
Pero como la única muerte, la verdadera muerte es el olvido, con él (y con
su hijo que partió en 2020) eso no va a ocurrir.
El diario "Página 12" publicó la nota que a continuación reproducimos.
Ricardo Luis Acebal
En 2010, había encontrado a su hijo
Murió Abel
Madariaga, secretario de Abuelas de Plaza de Mayo
Francisco Madariaga Quintela junto a su padre, Abel, en 2010.
Abuelas de
Plaza de Mayo informó el fallecimiento de Abel Pedro Madariaga, secretario de
la institución. "Abrazamos a sus familiares, amigos y compañeros. ¡Hasta
la victoria siempre, querido Abel!", lo despidió el organismo de Derechos
Humanos. En 2010, Madariaga encontró a su hijo, Francisco Madariaga Quintela.
Madariaga
nació el 7 de febrero de 1951 en la ciudad de Paraná, Provincia de Entre Ríos.
Cursó la carrera de Agronomía en la UBA hasta que fue expulsado por la
intervención de la última dictadura cívico-militar en esa casa de estudios.
Allí había comenzado su militancia política en la Juventud Peronista.
El 17 de enero
de 1977, Silvia Mónica Quintela Dallasta, pareja de Madariaga, fue
secuestrada por la dictadura cuando cursaba el cuarto mes de embarazo. Abel
tuvo que exiliarse primero en Uruguay y después en Brasil, hasta que la Agencia
de la ONU para los Refugiados (ACNUR) le otorgó asilo en Suecia. Finalmente, se
instaló en México.
Durante su
exilio pudo reecontrarse con el sobreviviente Cacho Scarpatti, a quien ya
conocía de la JP y Montoneros, supo que Silvia había dado a luz a un varón, por
cesárea, en Campo de Mayo.
La búsqueda de
ese niño fue encarada por la madre de Abel, Sara Elena de Madariaga, y su
suegra, Ernestina "Tina" Dallasta de Quintela. Recién con la recuperación de la
democracia, Madariaga pudo volver al país y unirse a la búsqueda junto a
Abuelas.
"Fue el
creador del área de Difusión y Prensa de Abuelas. Teatro por la Identidad, por
ejemplo, fue una idea suya, inspirada en los grupos de teatro comunitario y
militante de los años 60 y 70, los recitales de Música por la Identidad, al
igual que las campañas publicitarias masivas para encontrar a los nietos, la
edición de publicaciones, libros y videos institucionales, y muchas otras",
recordó Abuelas en el comunicado de prensa que informó su fallecimiento.
El 17 de
febrero de 2010, Abel pudo reecontrarse con su hijo Francisco Madariaga
Quintela. "Viví 32 años y medio con un agujero en el alma. Es algo
difícil de transmitir tener un hijo apropiado. Es un desaparecido con vida.
Apenas lo vi a Francisco noté el parecido físico, las manos, y el abrazo que
nos dimos me sanó el alma", dijo en su testimonio en el primer megajuicio
por los delitos de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo.
Francisco,
que
murió
en 2020
por problemas de salud producto de una
diabetes que arrastraba desde hace tiempo, es uno de los pocos nietos recuperados
que puedo abrazarse con uno de sus padres.
Desde Abuelas
recordaron que otros nietos le decían "Tío Abel", por "el amor
que les prodigaba y por la forma en que los contenía". "También lo
recordaremos, con cariño, por su mal humor y sus puteadas. Fue, asimismo, el
primer hombre en integrar la Comisión Directiva de Abuelas. `Se nos hizo
indispensable`, dijo Estela de Carlotto alguna vez".