Los pudúes son del género de
los cérvidos nativos de la Región Andina de América del Sur.
Se los
conoce como pudúes o venaditos. Son endémicos de Chile y de nuestro país,
Argentina.
Como
ustedes sabrán, antes de la invasión y conquista, los pueblos originarios no
tenían trazadas fronteras, y los pueblos se extendían hasta la región donde la
lengua era la misma. O sea que, todos
los que
tenían la misma lengua pertenecía a la misma etnia.
Hay un
hermoso espacio ubicado entre la octava y novena región, se trata de la
Cordillera de Nahuelbuta donde se encuentran tupidos bosques y el más
pequeño ciervo del mundo,
Cuentan
que este simpático cervatillo, apareció en este espacio una vez llegados los
españoles y deberíase su arribo a un encantamiento que ha llegado
hasta nuestros días.
Les cuento,.....dicen
que dicen...que a orillas del lago Lanalhué, se asentaba una comunidad de
origen Mapuche, ellos subsistían gracias a los frutos de la madre tierra y, la
generosa pesca que obtenían del lago. Esta gente respetuosa de sus costumbres,
había sido premiada con familias numerosas, cuyos niños y niñas
solían juguetear ruidosamente a orillas del Lanalhué.
Eran
niños sanos, alegres, algunos pequeños, en grupos solían recorrer el bosque
para cosechar exquisitos piñones o dihueñes, o tal vez kulles o
ir al lago a pescar kaukes u otras de las variadas delicias, que el
Lanalhué les ofrecía.
Había
otras tribus vecinas como los Tucapel, pero todos los protegían por el
respeto y el amor que ellos le brindaban a la Madre Tierra y conocían la misión
que se les había encomendado. Esta tribu Mapuche, era la encargada de auxiliar
a las almas a atravesar desde el Lanalhue, hasta la isla Mocha, que era el
espacio que atravesaban las almas hasta alcanzar el Kulchenmayeu, o sea,
la Tierra de arriba.
Cuando
llegó el conquistador montados en bestias, con fuegos mortales entre sus manos
y perros feroces vestidos de metal, la paz y la bonanza del lugar llegó a su
fin.
Desde ese
momento, cuando el terror invadió estas tierras, los originarios acudieron a la
anciana más sabia en busca de consejo.
Esta
sabia lampu domo, que había dado a luz una decena de hijos y contaba el doble
de nietos, era muy respetada y era reconocida y venerada por jóvenes y viejos.
La
mujer observó el monte y la laguna, luego cantó una rogativa a Shompalhue.
Después
de mantenerse un rato en silencio. llamó a Pilmaikén y le entregó una
pifilka, la joven la tomó encantada en sus manos, luego ordenó cubrir a los
niños y niñas con abrigados poltros de color terroso, después les dijo que se
escondieran monte adentro hasta que el peligro pasara.
El
tristón sonido de la pifilka fue la despedida y las madres llorosas, con temor pero esperanzadas, les pidieron que
recordaran lo enseñado y que fueran obedientes pero muy silenciosos.
No pasó
mucho tiempo, que el sonido de la pifilca en manos de Pilmaikén, se fue
perdiendo al adentrarse en el monte de Nahuelbuta.
El bosque
los recibió amorosamente y aunque la wiña y el pangué siempre estaban al
acecho el sonido de esa flautita los espantaba y prefirieron alejarse ya
que, la agudez de ese sonido les afectaba sus oídos.
Cuando el
conquistador arribó al lugar, la comunidad fue diezmada y despojada de sus
tierras, algunos de los que lograron sobrevivir fueron entregados a los
encomenderos y los que tuvieron más suerte salvaron su vida
huyendo o se unieron a otras tribus, se hicieron guerreros o bien
murieron parias,
Con el
correr de las lunas, Pilmaikén queriendo saber lo que había sucedido con
su comunidad y dejando a los niños en la cordillera, bajo hasta las costas de
la laguna, pero todo era caos, nada de lo antes conocido, existía.
Entonces,
la muchacha les rogó a los espíritus pídiéndoles sabiduría para afrontar
los tiempos venideros.
Nguenechén
oyó el pedido de Pilmaikén y conmovido decidió convertirla
en golondrina, y a los niñas y niños en pequeños pudúes, silenciosos y
tímidos, y desde ese tiempo la Cordillera de Nahuelbuta los alberga,
Los
pudúes viven en la espesura y son conducidos por la golondrina que con sus
cantos agudos logran ahuyentar a los depredadores.
Es deber
de todo mapuche proteger a los pudúes y a las golondrinas, porque el secreto de
la vida futura de su linaje depende de estas manadas y porque así lo decidió
Nguenechén.
Glosario
Dihueñe:
Hongo parásito del roble. Comestible.
Kauke:
Pejerrey
Kulchenmayeu:
Lugar donde descansan los muertos.
Kulle:
Planta conocida como vinagrillo.
Lanalhue:
lugar de las almas perdidas.
Lampu domo:
viuda.
Nahuelbuta:
Tigre grande.
Nguenechén:
Ser supremo de la cosmogonía mapuche.
Pangui:
Puma.
Pifilka:
Flauta.
Pilmaikén:
Golondrina.
Piñón:
Fruto del pehuén.
Pontro:
Manta de lana.
Tirúa:
Cuartel donde el mapuche se prepara para la guerra.
Wiña:
Gato montés.
Tucapel:
Ser supremo de las aguas.
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