EL TANGO, UNO DE LOS SONIDOS DEL
PERONISMO: TESTIMONIO
por Ricardo Luis Acebal
Desde hace seis años esta sección de "Identidad Cultural" incluye la nota
"PRAINO: MEMORIAS DE UN RECONTRAARGENTINO ANCLAO EN PARÍS", sobre un libro de este
músico que también editó "La Musaranga".
En el rincón suburbano parisino donde el porteño Miguel sigue anclao en
2022, reflexionó esta especie de continuidad memoriosa que en su página 5
comienza diciendo:
A partir de 1920 el tango ha
perdido su inocencia –como Buenos Aires, que se ha convertido en una de las
diez metrópolis más grandes del mundo- y evoluciona en el contexto de un país
rico de sus materias primas que exporta, principalmente carne y cereales, a una
Europa que sale de la llamada Gran Guerra (1914-1918).
La tapa de este nuevo Praino, común a toda la colección "Pensamiento Suramericano" de "La Musaranga", se ha servido de una xilografía de Pedro Hasperué.
Es de primera calidad el testimonio de Praino que abarca las páginas 13 a
17 acerca de los lugares de baile y "patios" a los que concurrían de jueves a
domingos las y los argentinos en el Buenos Aires (ciudad y conurbano) de
1930/1940.
Un tramo:
Los salones abrían por lo general
de jueves a domingo. Algunos funcionaban todos los días, como el Palacio del
Baile, que estaba ubicado dentro de lo que era el Parque Retiro. Era ésta una
gran milonga en la que solían tocar, los sábados y domingos, buenas orquestas,
como la de Alfredo Gobbi, Joaquín Do Reyes, "Tití" Rossi, Eduardo Del Piano,
José Basso, Víctor D’Amario, Edgardo Donato, Dante Yanel y otras. El jueves era
un día especial. Había una importante afluencia de mujeres, en su mayoría
empleadas domésticas, ya que ese era el día franco que tenían estas
trabajadoras.
La música –sobre todo el tango- y
también la diversidad musical venida de las diferentes regiones del país, en el
período que va de 1940 hasta fines de 1950 acompañó un fenómeno en el que
participó una gran parte de la sociedad, precisamente la que estaba
invisibilizada socialmente, sin representación política, social, cultural ni
económica. En ese período, a través de su inserción como protagonista logró una
vez más que renaciera la esperanza, el sentimiento de dignidad y de que el
futuro sería mejor que el pasado. Por un período fue así. Después, el viento de
la historia hizo lo
necesario para que la esperanza
fuera un objetivo. Entonces supimos que para alcanzarlo hay que conservar y
transmitir la memoria, no olvidarse de nada, ni de nuestros orígenes, ni de
nuestras tragedias y luchas para avanzar en nuestra humanidad, y sobre todo no
perder, nunca, la alegría.
Más adelante Praino continúa testimoniando:
Al comienzo de los años 1960 el
tango está estancado en cuanto a su desarrollo como elemento presente de una
característica cultural de Buenos Aires y de casi todos los centros urbanos de
la Argentina. Este hecho se verifica a partir de 1955. El golpe de estado de
ese año no solo interrumpe el gobierno del presidente Perón sino el desarrollo
de muchos de los paradigmas que hacen a la identificación cultural de esa
sociedad. El estancamiento del tango se verifica por la falta de renovación
"física" del personal musical. Los artífices de la llamada "época de oro"
–representantes del punto de evolución más alto alcanzado por el tango en
cuanto a su complejidad y riqueza musical, su calidad literaria en el tango
canción y su bella coherencia como danza, evolución aceptada y que había sido
acompañada por un público masivo- seguían en actividad, e inclusive muchas de
las figuras anteriores a este período, con sus calidades de siempre. Pero lo
que se veía era la falta de renovación etaria. Los músicos jóvenes que debían
un día dar un salto cualitativo como habían hecho en su momento los ahora
consagrados, dudaban.
EL TANGO EN LOS AÑOS 1960/70
El tango declinaba, ya que las modas rigiendo los gustos de una parte de las clases medias urbanas se orientaba hacia otros tipos de consumos dentro de la industria del ocio en general y cultural en particular, generalmente venidos de Europa y los Estados Unidos.
Establecido ya el mercado de la
"música joven" en manos de las grandes compañías internacionales de discos, con
difusión a través de la prensa, la radio, la televisión, el cine, la
publicidad, se llevó a cabo una política de infantilización de los adolescentes
y jóvenes por el sentido y los valores que
ofrecían estos "productos" sin tradición alguna, con rítmica elemental
binaria, palabras pegadizas rozando la estupidez. Música, letra e intérpretes,
todo aparecía normalizado, como para que la canción –el "producto"- no tuviera
nacionalidad y sirviera para un público de un país u otro, indistintamente, con
elementos comunes como juventud y "look" del intérprete, con pronunciación de
doblaje de serie norteamericana. Frente a esta avalancha de facilidad, el tango
era "difícil", "aburrido", "de (o para) viejos".
Luego Praino recordará que en 1965 el Trío
Cedrón, con amigos pintores, escritores, poetas, que en muchos casos hacían
periodismo o trabajaban como empleados en las innumerables librerías de la avenida
Corrientes crearon "Gotán". Fue un "café concert" que funcionó en la calle
Talcahuano, a metros de Corrientes hasta noviembre de 1966.
Luego, con el correr de los años
(cuenta Praino), sin dejar nunca de presentarnos en actos
políticos o de defensa de derechos ciudadanos, nuestro grupo (ya Cuarteto) se
presentaba corrientemente en los café-concert que habían abierto, como una
nueva modalidad de escucha musical de la que el Cuarteto Cedrón fue pionero,
parte del espectáculo nocturno más afín con la actividad del tango.
Para
adquirir el libro
que aquí se
comentó dirigirse a
"La
Musaranga"
Juan B.
Justo 649, Beccar.
Provincia
de Buenos Aires, Argentina.
lamusaranga@yahoo.com.ar
lamusaranga@lamusaranga.com.ar
Página web:
lamusaranga.com.ar