LA IMPORTANCIA
FUNDAMENTAL DE "EL OTRO"
por Dora Giannoni
¿Otra
vez con el tema? ¿Vale la pena seguir hablando sobre algo que nos hizo sufrir
tanto y cuyas secuelas algunos todavía padecen? Parecería que en general se ha
tomado distancia y no hay demasiados deseos de profundizar sobre lo vivido
porque es bastante común el negacionismo sobre temas que nos hacen sufrir y
sobre todo pensar y cuestionarnos. Fueron dos largos años llenos de
prohibiciones y temores; volvamos a la vida normal, a disfrutar de todo lo
perdido. Y en esto está el peligro más grande, una especie de evasionismo o
sujeto en fuga dentro de esta sociedad tan virtualizada y falta de verdadero
contacto humano.
Acabo
de terminar un libro que lleva este título y que me dejó tanto material... Me
hizo reflexionar, me interpeló y hasta les diría que me enseñó a vivir de otra
manera.
El
libro al que me refiero es del Licenciado Andrés
Molteni Cibeau que viene trabajando desde hace largos años en Terapia Gestal.
Aparte
de comentar minuciosamente el trabajo realizado con sus pacientes (con
testimonios de los mismos) nos lleva a profundizar hondamente a partir de la propuesta
de uno de los grandes filósofos argentinos, tan injustamente poco difundido por
esa costumbre colonizada y colonizadora de buscar inspiración y guía en
filósofos extranjeros: Rodolfo Kusch.
Molteni
ha realizado un laboratorio de "re-vinculación" como una manera de prepararnos
para lo que puede venir a partir de lo vivido. Muchos creíamos que después de
la pandemia íbamos a salir mejores, más solidarios, más humanos, más
comprometidos y todo parece indicarnos lo contrario. Una guerra con riesgos
nucleares aqueja a gran parte de la humanidad, la falta de combustibles y de
alimentos en casi toda Europa, el avance del capitalismo salvaje financiero, el
crecimiento de las derechas en toda Europa. Y hasta muy cercanamente, en Brasil
por ejemplo y con riesgos de golpes blandos y otros más fuertes como el "Law
fare" en varios de nuestros países y de forma bien evidente en nuestra propia
patria. Para no hablar de los incendios cada vez más frecuentes y las dolencias
de la pobre Madre Tierra que no acaba se ser salvajemente agredida, con lo que
se perjudica fundamentalmente a los más empobrecidos, vulnerados y vulnerables.
Claro
discurso, clase paternal y profesional: solo el amor salva, somos
sentipensantes o seres de pensentir o cora-razonar. Porque lo esencial son las
emociones y si no nos percatamos que somos con otros, entre otros, nuestra vida
no tendrá sentido.
Para
volver a encontrarnos debemos ser concientes de lo que significa el encuentro,
el acercamiento profundo a otro que está siendo como yo; otro, otra a quien
sentir, tocar, abrazar, escuchar.
Todos
los adelantos científicos y tecnológicos que nos han permitido avanzar en
muchos aspectos y no debemos desdeñar, no nos han hecho más humanos, más
sensibles, más cosmovivientes junto a vegetales, animales, y hasta minerales.
Todos los seres que nos rodean son "sujetos de derecho" al decir de Zaffaroni (en su libro "Pachamama") y
no podemos seguir destruyendo ríos y montañas, selvas y montes como la Amazonia
por un engañoso progreso económico que nos llevará a la ruina y al desastre,
Si
bien la pandemia nos dejó profundos dolores, ausencias, pérdidas, miedos,
también nos permite repensar y sentir que la práctica de la empatía debe ser
cotidiana y contribuir a que no se produzcan nuevas epidemias o guerras.
Debemos aprender de las experiencias vividas para ser mejores y sembradores de
un mundo esperanzado, de otro mundo que debe ser posible.
Reaprender
a estar, a estar con otros y otras, a celebrar la vida y sus ritos, evitar a este
sujeto en fuga en que nos ha convertido este mundo tan materialista e
individualista. Los pueblos originarios nos enseñan que la tierra no es nuestra
sino que nosotros pertenecemos a ella, todos la pisamos y podemos disfrutarla
pero no nos pertenece.
El
libro es un verdadero ejemplo de algo construido colectiva y comunitariamente
porque son muchos los testimonios y participación de pacientes, familiares ,
amigos, artistas. Muchos prestaron su tiempo, su creatividad, sus talentos para
construir esta maravilla. Desde la bellísima tapa, un anticipo de la
presentación artística y participativa que se hizo.
Su
lectura me remontó al libro Co.razonar del antropólogo Guerrero Arias. Y
fundamentalmente a las posturas del filósofo boliviano Rafael Bautista a quien
vengo escuchando y admirando desde hace tiempo.
Corrijo
un término que uso habitualmente de forma errónea; acostumbro a llamarme latinoamericana
y de la misma manera nombrar a la amada patria grande, cuando en realidad sería
mucho más correcto y certero hablar de "nuestroamericano", al decír del enorme
José Martí, el poeta apóstol de los
cubanos.
Si
cambiamos de hábitos, nos ayudará a todos a evitar otras pestes que son
consecuencia de nuestro mal vivir. Y
acá otra enorme coincidencia; debemos trabajar y construir el "buen vivir", que es la vida mejor para
todos y con todos, lejos del consumismo y la superficialidad. Cristina dice que
"la patria es el otro" y me parece una de las frases más evangélicas que he
escuchado a algún político. Esto está claramente explicitado a través del
texto.
Es
un libro cálido, pedagógico, con un lenguaje accesible y amoroso.