Radio Futura 90.5
(La primera radio comunitaria surgida en la Ciudad de La Plata y una de las
primeras del país.
En octubre
de este año cumple 35 años. Hoy forma parte del Foro Argentino de Radios
Comunitarias (FARCO) y Juan Delú, compañero de la radio, fue recientemente
designado presidente de esa organización.
Conduce y produce: Martín Luna
Operador técnico: Felipe Martín, Sebastián Mesa y
Gabriel Robledo
Colaboradores:
Fernando Pepe
(Antropología, pueblos originarios y derechos humanos)
Juan Manuel Bellini y Loana Barleta
(Análisis y crítica literaria)
Lucas Napoliello
(actualidad política)
Santiago Lapine
(El arte payadoril, las características de su poesía,
sus temáticas, los espacios donde se desarrolla y su relación con los medios de
comunicación)
Agustín Vazzano
(Cine)
El programa se puede escuchar desde la página web de
la emisora:
https://fmfutura.com.ar/
Tres de los culpables del
programa: Raúl Laffitte, operador, Diego Dana, cantautor platense y el
conductor y productor Martín Luna.
Cada día buscamos transitar las calles, los bares y las plazas, de esa
ciudad soñada a fines de los años ’40 por Leopoldo Marechal. Poeta, escritor y
dramaturgo muy maltratado por los intelectuales liberales y conservadores de la
Revista Sur. La mirada arrogante y altanera de ese grupo, dominante entonces en
el campo literario argentino, cayó sobre la figura de don Leopoldo -militante,
teórico y funcionario peronista- con un desprecio que se hizo extensivo a todos
los aspectos populistas y tradicionales de la cultura. De ese modo y a través
de ese olfato clasista, la revista dirigida por Victoria Ocampo formó desde la Ciudad
de Buenos Aires y mirando a Europa ciertos parámetros culturales que perduran
en el tiempo. A partir de esos prejuicios, la revista, financiada por la
oligarquía argentina, fundó una idea de cultura elitista y europeizante que
perdura hasta nuestros días.
Los encuentros con los vecinos del barrio, entonces, si bien han ido
cambiando, siempre rodaron alrededor de la cultura. Entendida ésta no como
ghetto o refugio, sino como un espacio conflictivo que se extiende más allá de
Corrientes y 9 de Julio, más allá de la ciudad-puerto y su clase media... Clase progre
y remolona, con sus cánones, sus reglas y sus clásicos, más allá de la Boca, de
la Avenida Alvear, de Quinquela, de San Telmo y su empedrado, de Gardel,
Goyeneche, Troilo, Maradona, Macedonio, Borges y la Fernández Fierro.
La cultura entonces, entendida a partir de lo que somos, más allá de la
Reina del Plata. De nuestra lengua, la del negro, el mulato y el zambo de
nuestra historia, esa que nace del otro lado de la zanja de Alsina, la del
indio, el gaucho montonero y su conciencia americana, la del esclavo y el
mensú. Ese lenguaje vaciado y destruido, esa cultura concebida a partir de
nuestras contradicciones, de nuestro carácter incompleto, que se funda a partir
del hambre de los gringos y la pasta de los tanos, como dirá Alorsa.
Por ahí andamos
cada noche, desandando esa ciudad donde nos encontramos con amigos y vecinos
que nos proponen charlas de sobremesa que nos invitan a pensar esa cultura que
crece, se reproduce y se carga de sentido, en el tablón, en el cordón de la
vereda, en las barriadas y en el barro del potrero.