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LOS SÉLKNAM Y LA NATURALEZA: UN VIAJE FANTÁSTICO

Joven sélknam hacia 1920 (Fotografía: Martín Gusinde)

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El pueblo Selknam ha habitado por miles de años la Isla Grande de Tierra del Fuego, lo que le ha permitido aprender muchísimo sobre la naturaleza que lo rodea.

Una de las más hermosas leyendas sélknam es la de Ksámenk, una joven mujer, que gracias a su poderoso oído pudo escuchar el sonido de una tormenta de nieve acercándose y avisar a su comunidad para huir a tiempo. El lugar hacia el que huyeron fue el mar, donde con el paso del tiempo los integrantes de esa comunidad se convirtieron en delfines.

Los invito a leer esta hermosa leyenda sélknam, que nos enseña que debemos poner atención a la naturaleza y siempre ayudar a quienes nos rodean.

 

La historia de los delfines.

Una vez, una mujer sélknam llamada Ksámenk (hija de un gran hechicero) estaba recorriendo la playa, en la que recogía peces. Tenía un oído muy agudo. Cuando prestó atención a lo que escuchaba, oyó un sordo bramido (es decir, el sonido de un rugido lejano). Todavía estaba muy lejos, pero se acercaba más y más. Continuó escuchando y el bramido se acercaba continuamente. Sus padres y sus parientes no se habían dado cuenta de nada. Por eso Ksámenk corrió apresuradamente a la choza de sus padres y les dijo: "¡Allí en la playa he oído un bramido sordo! Todavía está muy lejos, pero se acerca más y más. ¿Qué podrá ser?".

De inmediato todos corrieron a la plaza. Allí ellos también escucharon el bramido sordo. Era como si la tierra rugiera lejos, mar afuera y las olas produjeran un gran estruendo. La gente decía entonces: "¡Muy mal tiempo vendrá!".

Es que siempre se presenta así: cuando se acerca el mal tiempo se escucha antes un retumbar sordo y pesado en la lejanía y la tierra tiembla. Por eso aquella gente decía: "Ahora vendrá mal tiempo y caerá mucha nieve". Todos comenzaron a prepararse para la tormenta. Una tormenta así proviene siempre del Sudeste.

Puesto que este sordo bramido se acercaba cada vez más, toda la gente se asustó. Ksámenk, que siempre había tenido buen oído, dijo a sus parientes: "¡Debemos asegurarnos y salvarnos de aquella tormenta!".

A ello sus parientes respondieron: Sí, debemos abandonar lo más rápidamente posible esta tierra. ¡Lo mejor será que vayamos al mar!".

Pero Kemánta, el esposo de Ksámenk, no sabía nadar. Por eso dijo: "Ustedes pueden ir al agua, pero yo subiré allí a esa roca. Cuando la tormenta haya pasado regresaré al territorio de mi familia". Su mujer respondió temerosa: "Eso no es posible. ¡Debes venir con nosotros! En aquel otro mundo del agua también se está muy bien". Sin perder tiempo sus parientes lo tomaron de los brazos y lo bajaron de la roca. Todos le siguieron inmediatamente y se lanzaron al mar.

Kemánta se hundió, pero sus parientes lo levantaron enseguida y lo elevaron por encima del agua. Y así las cosas siguieron por un largo tiempo. Siempre que Kemánta se hundía, sus familiares y amigos lo elevaban inmediatamente por encima del nivel del agua. Todos se mantuvieron juntos. Por último ¡Kemánta aprendió a nadar! Esto causó mucha alegría a toda la familia. Ahora todos continuaron nadando y no volvieron a tierra firme. A partir de entonces se quedaron en su nueva patria –el mar- convertidos en delfines.

Hoy todavía se los puede ver muy a menudo como delfines. También se puede ver cómo Kemánta se eleva algo sobre la superficie del agua y luego se hunde nuevamente; entonces sus familiares lo levantan otra vez. De este modo suben y bajan constantemente cuando surcan el agua, aunque Kemánta ya sabe nadar mucho mejor ahora.

Historia narrada por Ventura Tennesk

en abril de 1923 a Martín Gusinde.

Comentario

Esta leyenda selknam nos enseña tres cosas muy importantes:

En la Tierra del Fuego las tormentas más graves provienen del Este o del Sudeste y se anuncian con un sonido muy fuerte. El golpeteo de las grandes gotas de lluvia en el mar produce la impresión de un rugido (el bramido sordo). Cuando se escucha este sonido es necesario prepararse para una fría y fuerte tormenta.

Independiente de donde vivamos, es importante que siempre estemos atentos a nuestro entorno y a lo que nos rodea. Muchas veces con solo mirar a nuestro alrededor y estar atentos a los cambios que podamos percibir, ello nos ayudará a evitar o prepararnos para situaciones o momentos que pueden ser difíciles.

Para sobrevivir a las tormentas y a los peligros de la naturaleza es importante ser solidario y preocuparse por quienes nos rodean. Tal como a Kemánta lo ayudaron a entrar al mar y aprender a nadar. Fue así como pudo convertirse en delfín junto a sus seres queridos.

 

Fuente texto "Un viaje fantástico":

Gusinde Martín: Los indios de Tierra del Fuego : resultado de mis cuatro expediciones desde los años 1918 hasta 1924, organizados bajo los auspicios del Ministerio de Instrucción Pública de Chile. Buenos Aires: Centro Argentino de Etnología Americana 1982-1991 4t. en 9v h. de láms. Pag. 598.

 

Disponible en Memoria Chilena:

http: //www.memoriachilena.gob.el/602/w3-article-74851.html

 

Fuente imagen

Joven selknam hacia 1920. Gusinde Martín. Hombres primitivos en la tierra del fuego: (de investigador a compañero de tribu) /; versión directa del alemán por Diego Bermúdez Camacho. 1ª ed. Sevilla: Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla, 1951. 398 p., h. de láms.

 

Disponible en Memoria Chilena:

http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-70850.htm1https://m.youtube.com/watch?v=ZgkSzcR7_60



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Joven sélknam hacia 1920 (Fotografía: Martín Gusinde)


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