El cardenal es
un ave de no más de 17 cm, con unas hermosas plumas rojas, que van desde una característica
cresta hasta la garganta y parte superior de su cabeza.
Su lomo está
cubierto de plumas grises como el acero y su pecho y la pancita, son blancos.
Su pico es algo blancuzco y pequeño.
Dicen que dicen...que
hace mucho, pero mucho tiempo, el noroeste argentino era dominado por la raza
calchaquí.
También cuentan
que por aquel entonces Mama Quilla viendo que los hombres de esas tierras
enfermaban y padecían hambre porque no sabían como hacer frente a esos
problemas, envió a su amada hija Chasca para que les enseñara a sembrar y a
aprovechar ciertas hierbas como medicina, para salvarlos de las dolencias que
acometían al pueblo.
Cuando Chasca
llegó a la tribu el cacique Punquillo la recibió con alegría y gratitud. Pronto
Chasca y Ancali, el hijo de Punquillo, se enamoraron y formaron pareja.
Punquillo estaba feliz.
Chasca y Ancali
extraían plantas medicinales de la región, con ellas preparaban valiosas
medicinas con las que solucionaban las diferentes dolencias de la comunidad.
Por aquel
entonces, el Shaman era quien se ocupaba de practicar la medicina desde el principio de los tiempos y la irrupción de
quien él consideraba una extranjera comedida, fue vista con desagrado e
inquina.
El Shaman
deseoso de venganza convocó a Zupay.
Ellos, sin
remordimientos, envenenaron al cacique con una sustancia tan letal que
Punquillo cayó enfermo y ni Chasca, ni Ancali pudieron salvar al anciano, que
pronto dejó esta vida.
Al morir
Punquillo, el Shaman arengó a la comunidad con mentiras y acusaciones, y culpó a
los jóvenes de causar la muerte del cacique.
El Shaman pretendía
tomar el lugar del cacique muerto, entonces reunió al consejo de ancianos y
nuevamente con mentiras los convenció de darle a los jóvenes amantes un castigo
ejemplar.
Sus mentiras
fueron tan eficaces, que el castigo elegido fue demasiado aterrador. Ambos jóvenes
fueron apresados y amarrados a una gran roca, en la cima de un gran cerro.
Ese debió ser el
castigo, pero la turba enardecida, efecto de las palabras del Shaman, apuntaron
con sus flechas a los jóvenes.
Chasca al ver a
Ancali atravesado con una flecha en su frente, juntó su cabeza color avellana a
la de él y pronto la sangre de Ancali tiñó su propia cabeza.
Así fue que Mama
Quilla compadecida del sufrimiento de ambos amantes, los convirtió en dos pájaros
de plumaje gris y cabeza roja, como la sangre derramada y tal como ahora
conocemos a los cardenales.
Mama Quilla: la
luna
Shaman:
curandero y para el blanco el brujo de la tribu.
Zupay: el
diablo