VERSOS CAMPEROS
por Ricardo Luis Acebal
Explicar el
significado del término "charamuscas" es el tema que el autor eligió para abrir
su volumen 16 de poesía integrando la colección "El Sueño de Nuestros Socios"
editada por la Asociación Argentina de Escritores Tradicionalistas, con sede en
La Plata.
Podría
transcribir esa explicación pero preferí mostrarla fotográficamente, tal como
se incluye en la página 5, por ese amor que uno siente por la letra cursiva y
las cartas de antes (que no eran "punto com"):
Lo que sí voy a
reproducir parcialmente es el poema de Boris
Elkin (un imprescindible) "Contestando" que Risso incluye también en la
página 5:
¿Por
qué me empeño en escribir en "gaucho"
en
lugar de escribir versos modernos,
y
me aferro al pasado con las fuerzas
con
que el ombú enraíza en los terrenos?
¿Qué
por qué me empeño en escribir en "gaucho"?
Ha
de ser, yo calculo, porque tengo
ésta
paisana voz para mis cantos
y
este pobre decir para mis versos.
Otra vez la
idea de "lo pequeño" y de "lo grande"...
Por supuesto
que ni Elkin ni Risso nunca se expresaron "en criollo" para hacer alarde de
exotismo u originalidad a la violeta. De lo "antiguo", que para muchas personas
significa lo "pasado y pisado" y que lo "moderno" (celulares, satélites de
comunicaciones) reemplazó para siempre al diálogo tranquilo y en lengua nuestra
para convencernos de que ahora hay que hablar "de tú" y no "de vos o de ché",
que a nuestra madre debemos decirle "okey madre, tú sábes cuánto te amo" aunque
hayamos nacido y vivamos en barrios humildes donde las identidades culturales
latinoamericanas no se expresan en "español" académico ni en inglés. Y que
cuando esas culturas cantan lo hacen con músicas sencillas pero armoniosas, no
con "antiritmos" como el rapp, cuya interpretación constituye una absoluta
negación del canto.
No dejo de lado
las "conversaciones" con abreviaturas o palabras terminadas en "x" o "arrobas"
(imposibles de pronunciar), ya que la pantallita del celular no da espacio para
escribir palabras completas de las de antes y mucho menos para usar mayúsculas
y minúsculas ni signos de puntuación.Esto también aporta a esta especie de
"nadaísmo" donde no existe la posibilidad de comparar entre creadores y
mediocres ni de cultivar la espiritualidad en serio, cosa que no tiene nada que
ver con las distintas sospechosas posturas "religiosas" de moda.
De esto se
trata paisana, paisano. Cuando nos asomamos a un libro que se expresa en
lenguaje gauchesco, algunos se preguntan quiénes (y sobre todo "cuántos")
hablan así en estos tiempos de "integración con el mundo".
¿Eso es lo que
realmente importa? ¿No sería mejor que esos "modernos" se preguntaran de dónde
vienen como familia, cómo vivían, se divertían, cómo se peleaban defendiendo su
tierra, para que ellos, los actuales "modernos" ahora los nieguen en toda la
línea?
Claro, es más
fácil y "moderno" dejarse chupar absolutamente por "el celu" y acostumbrar a
los chicos a disfrutar de esa modernidad
desde los dos años en adelante.
¡Hagan la prueba! ¡Déjense ganar por la emoción, por
la música y el canto con aire de aquí, con los dichos y los cuentos de nuestros
paisanos, cosas que publica Risso con excelencia desde hace una punta de años!
LAS IMPRESCINDIBLES CHARAMUSCAS
Muy buenas las
viñetas que ilustran el interior del libro, obra del maestro Rodolfo Ramos. Un botón de muestra:
Las cuatro
partes que alimentan el gran fuego son "Vivires",
"Barruntando", "Mistura" y "De la estafeta".
Aplauso para la idea de destacar el comienzo de cada una de las partes con
creaciones de imprescindibles: una décima de Pedro Risso (tomada de "En
buena ley"), una sextina de Osvaldo
Guglielmino (de su obra "Juan Sin Ropa"), una cuarteta de Claudio Martínez Payva (de "¡Oh!
Tiempos") y una décima de Nicolás
Granada (de "Cartas Gauchas").
Elogio también
para el "Vocabulario mínimo para ajenos
al tema", que ocupa las páginas 93 a la 106. Es una especie de "minidiccionario"
con el significado de términos gauchescos, al que Risso introduce con estas
palabras:
"Antes de
entrar al detalle, vale remarcar que siempre ha sido mi intención reflejar las
voces por su sonido fonético, con el objeto de poner las palabras y expresiones
en el contexto real en que se desenvuelven estos versos camperos."
Elogio
subrayado para todos los poemas que forman este libro que comento, pero en
especial para "¡Molina Campos: Pintor!".
No porque sea
superior a los demás, sino porque se refiere a la obra de un artista tan especial
como fue Molina Campos y que, aún hoy, algunos "académicos" del arte plástico
siguen haciéndolo a un lado, queriendo disminuirlo al calificarlo de
"ilustrador", "caricaturista", etc.
Risso no
"descubrió" a don Florencio hace dos días. El poema que le dedicó está fechado
el 9 de julio de 1992.
Para aquellos
que deseen ahondar en el tema les recomiendo leer en esta misma página (sección
"Pintura") la excelente nota del profesor Alberto Sorzio "Molina Campos ese
desconocido".
Incluiré a modo
de cierre la última décima de Risso sobre Molina Campos:
Sólo el que al crioyo conoce
puede hayar tanto detaye
pa` que`n el pincel se`splaye
con gracia que no destroce.
Y aunque mi verso ni roce
cualidades de`scritor
en sí, cual la humilde flor
-ramiyete de retama-
diciendo en gaucha proclama:
¡Molina Campos: Pintor!
Para comunicarse con Carlos Risso:
Calle 69 N° 788
e/ 10 y 11 (1900) La Plata, Prov. de Bs. As.
Telef.: (0221)
452-5032
Chasque:
carlosraulrisso@yahoo.com.ar
Carlos Raúl Risso, la hermosa costumbre de presentar un nuevo libro.
Homenaje al Tata Risso.