Los condenados
-todos ex oficiales del Ejército durante los `70- son Gustavo
Athos Renes, Horacio Losito, Aldo Martínez Segon, Jorge Carnero Sobol, Ricardo
Reyes, Germán Riquelme, Ernesto Simoni y Luis Alberto Patetta. Otro procesado,
Norberto Tozzo, estuvo prófugo durante un tiempo y recibirá su sentencia cuando
sea extraditado desde Brasil. Un ex policía provincial, Luis Chas, fue absuelto
por considerarse que no se probó suficientemente su participación.
El proceso judicial no pudo satisfacer otro
reclamo: el hallazgo de los restos
de los ex detenidos que fueron desaparecidos.
El no olvidar no significa clamar venganza. No puede, no debe repetirse la historia de presuntos "salvadores de la Patria" que volteen gobiernos elegidos democráticamente, fusilen y desaparezcan a personas por el solo hecho de no coincidir ideológicamente con ellas.
MÁRTIRES
"Bestias,
cataratas de bestias,
las
bestias desorganizan los misterios"
Juan
Gelman
A Amanda Mayor de Piérola
Destinados a ser aurora,
siempre.
Sombras del aire, luz del vuelo,
nostalgia flotante en el fulgor de los días.
Relámpagos encarnados, meteoros de la sangre,
arden la fricción de la historia y el instante.
Memoro el holocausto de su primavera:
la memoria es la madre del recuerdo.
El espectro de un alguacil dirigido
sobrevoló el escenario del genocidio,
el Bestiario se incubó en la Alcaidía,
gangrena con mazmorras, cantera de verdugos,
ruina de clamantes cimientos.
Racimos de péndulos, colgados de las muñecas,
Cristos suspendidos de un travesaño unánime,
émbolos sangrantes, corolas móviles,
arcos tensos de ayes: verticales y colapsados.
Sus cuerpos, badajos gimientes, golpean
la campana forzada del Comedor.
Ni una palabra, derrama su boca.
El alambre laceró sus muñecas,
penetró el objeto a sus costillas:
jaula de aire roto, oxígeno lisiado.
Rastros de sangre marcan
la bárbara ciudadela enajenada.
Signos de genes, vísperas de utopías,
pisados por legiones de locura.
El pretorio chaqueño deshonra
la mestiza épica que urdieron
patriarcas vigílicos: crisol a precio de hienas.
Escarnecidos y desangrados, atónitos,
son arrojados al piso del camión militar.
Las pupilas vidriosas distinguen, apenas,
siluetas convulsas que caen sobre otras.
Tendones y espasmos, latidos glaciales.
Forma del odio, violenta su carne.
La luna cruza el temblor del rocío,
suspenso en los relieves nocturnos.
Trémulos párpados de plumajes,
los siriríes presienten un desgarro inédito
y remontan, prematuros, el amanecer.
Otras criaturas terrestres, huelen el aire urgido
y clavan su miedo en una fija fuga verde.
A una orden, los sicarios rentados
disparan, unísonos y simultáneos,
al modo de las Fosas Ardeatinas
y de los campos de exterminio nazi.
Desaparecen los arrepentidos.
Los gatillos recuerdan,
sólo, la guía de cada fusil.
Huyen las aves, sin pruebas de canto,
testigos del silencio derribado.
Herencia de Abel, su mandato y clamor.
Sus huesos no tienen descanso,
tienen destino en la memoria.
Margarita Belén amortaja esa ofrenda,
su estirpe ilumina el combate intermitente.
Bosco
Ortega
FRUTOS DEL FUEGO
Chamamé
Con estrellas por testigos
la luna entera miró un vuelo de lucha y coraje que por la patria inmoló.
Veintiun trinos violados
con otros y más de cien, bajo fusiles sicarios en Margarita Belén.
Clama justicia la tierra,
brotan sus gritos de luz, los frutos de su martirio: Cristos en árbol de cruz.
Ellos vencieron la muerte
nacidos por su verdad, hijos de un fuego que alumbra el pueblo en su libertad.
No tienen sitio sus
huesos, grito de Abel, su clamor, en su placenta la tierra madura la sangre en
flor.
Memoria herida del monte,
holocausto de pasión: mártires del Hombre Nuevo, cálices del corazón.
Letra
y música: Bosco Ortega
El poeta y compositor chaqueño Bosco Ortega
Gracias al querido
chaqueño "Bosquín" Ortega por su poema y su chamamé.
Identidad
Cultural