por
Ricardo Luis Acebal
Lo que usted va a leer es
un reportaje que Rosa Albariño le
realizó a Víctor Velázquez el 22 de
febrero de 1996. Rosa fue una
excepcional artesana pirograbadora, una recordada docente y en ese momento
conducía un programa radial que se emitía en su natal Villaguay. El gran tema
de su vida fue rastrear a fondo la presencia de la nación Charrúa en la
Provincia de Entre Ríos. A eso se dedicó apasionadamente hasta que se fue al
Gran Silencio el 17 de marzo de 2003.
Víctor Velázquez
, sin duda el más cabal representante del Entre Ríos autóctono como
excepcional guitarrista, cantor, compositor y autor, hoy vive en Rosario del
Tala y con sus casi setenta años de trayectoria profesional alumbra con su
ejemplo a los que están tomando la posta, que él despacito va entregando.
Momentos de la amplia trayectoria de Víctor Velázquez
RA: Rosa Albariño y VV: Víctor Velázquez
RA:
Estamos
acá, con un ser que admiro, respeto y quiero muchísimo. Un patriarca de
Villaguay, como músico, como cantante: Víctor Velázquez. Estamos en su quinta,
con un verde casi estridente que nos rodea, con un viento cálido que tendría
que hacer pensar solamente en cosas bellas. Pero lamentablemente Víctor no me
está contando cosas tan esplendorosas como esta tarde en que vine a buscar algo
de poesía.
Víctor: Usted me estaba
contando lo que está sucediendo (y que sabemos que viene pasando desde hace
tiempo) con nuestra música...
VV:
Sí
Rosita. Lamentablemente he tenido la visita de un gerente de una grabadora de
Buenos Aires, para ser más preciso EPSA MUSIC, para la cual yo he hecho grabaciones y él me contaba con dolor que "a
partir de este año se va a grabar únicamente música extranjera. La música
folklórica, la música argentina en sí, ya no es negocio. Y entonces ahora
tenemos que fabricar -esa es la verdad, fabricar- música extranjera. Nos duele
mucho."
Recuerdo que hace unos
quince, o dieciocho años, cuando me dijeron que la firma norteamericana RCA iba
a cerrar las puertas porque se iba a dedicar a fabricar armas no lo creía. Y
creo que ahora está sucediendo algo parecido. Están fabricando armas para matar
nuestra música de alguna manera.
Este comentario lo hago
Rosita porque no puedo, no podemos permanecer indiferentes a las injusticias.
RA:
Yo creo
que es un desafío, cada vez más grande a medida que se termina el milenio, el
que nos toca afrontar a los que escribimos, a los que sentimos de alguna manera
quizá más visceral que otra gente que por ahí está más atrapada por la
electrónica y por la informática. Yo vengo de un encuentro en el Sur, de
escritores en la Patagonia. Un lugar muy dolido y muy puro, por su mismo
aislamiento, quizás, he visto como
tienen mucho más compromiso con lo nuestro. He estado con gente tremendamente
amante de lo suyo, de su lenguaje, de su poesía, de su lugar, de su
geografía por la que han sido formados, que también vienen como nosotros de
pueblos inmigrantes y de pueblos autóctonos, originarios. Hablando con ellos me
decían de este desafío por la poesía. Y llegamos a la conclusión Víctor, a ver
qué opina usted, que la sociedad actual aunque parezca que vienen estos señores
de la electrónica que nos dicen que se termina nuestra música y es como decir
que se terminan el campo y el canto de los pájaros, aunque ellos vengan y digan
eso, la sociedad está apostando a la poesía, a los poetas, a los artistas y a
los músicos. Yo creo que integramos una sociedad enferma y parece que hay como
un recurrir a los poetas. Es algo que uno va palpando. Mis amigos poetas del
Sur opinan también así. ¿Qué opina usted?
VV:
Yo opino
también que se está volviendo a las raíces. Volvemos a las raíces desde la raíz
de los yuyos. Ahora la gente consume yuyitos. Porque ahí estaba la verdadera
medicina popular. Entonces volvemos a las raíces. Es verdad, hay que volver.
Porque la poesía universal, la terruñera, todo lo que sea poesía nos rodea
durante todo el tiempo, a los que queremos, a los que amamos la poesía. Y
sentimos choques, porque viene todo lo electrónico, lo que hablábamos
anteriormente, que suena espantoso. Pronto se van a hacer poesías a través de
las computadoras y entonces la computadora va hablar de sus cables, de sus
comunicaciones y nos va a dejar helados. He escuchado hace poco que va a llegar
el momento en que una computadora va a develarnos el final, el destino de cada
persona. Le va a decir qué día va a morir y de qué va a morir...
RA:
Será porque
nos enfermaron primero. Porque primero inventaron cómo enfermarnos. Y ahí está
el quid de la cuestión. No nos olvidemos que la computadora es una caja boba
que obedece al hombre. Entonces en la medida que nosotros tengamos bien clara,
bien clarita la cara del enemigo sabremos cómo defendernos. Yo diría que pasa
por no atacar al otro, más que con un ejército cultural. Y hacer lo nuestro
cada vez con más intensidad.
VV:
Estoy de
acuerdo.
Víctor de hoy y mujer charrúa inmemorial
RA:
Entonces
los chicos empezarán a mirarnos de nuevo a los que escribimos y a los que
cantamos y recitamos.
VV:
Fíjese
Rosita. En este momento están pasando dos hombres a caballo. ¿Escuchó que
pegaron un grito? Es el grito de saludo, de alegría. Aquí nos conocemos y nos
saludamos así...
RA:
¡Cómo me
gustaría que los que van a escuchar este casette estuvieran aquí para que se
dieran cuenta de que estamos en un lugar donde parece haberse detenido el
tiempo! Creo que nuestro país es tan grande y tan profunda su hermosura que
lugares como éste hay muchos. Somos muchos pero estamos muy fragmentados, muy
desparramados.
VV:
Hace un
rato te comentaba, te decía que era difícil el encuentro porque nosotros somos
andariegos, voladores. Capaz que debajo de un árbol de nuestra casa ya estamos
volando. Andamos, y se hace difícil a veces que nos encontremos. Bueno, yo
viajo, vos andás viajando permanentemente, pero qué lindo, qué hermoso sería
juntarnos. Juntarnos de todas las latitudes y poder manifestar cada uno lo que
realmente ha hecho últimamente y que también trajera para desenterrar cosas que
a veces tenemos ocultas. Que nos hace falta decirlas y no a mucha gente le
podemos contar. Nuestros estados de ánimo. Yo a veces digo qué lástima que no
estoy con una persona que pudiera disfrutar por ejemplo lo que yo disfruto a la
mañana. Es increíble. Yo agarro la guitarra, me pongo debajo de la galería y
empiezan a venir los pájaros. Una cosa curiosísima: acá no hay tortugas y sin
embargo una mañana vino una tortuguita acercándose a la guitarra, como atraída
por la guitarra. Y yo me decía no le puedo contar esto a la gente. No es que uno
se conforme con pequeñas cosas ni tampoco lo que puede pensar mucha gente que
uno busca aislarse.
Es vivir profundamente lo
que nos rodea.
Víctor Velázquez hoy, con 88 años de sabiduría
RA:
Con
respecto a lo que me decía hace un rato, que el hombre está volviendo a los
yuyitos ¿el hombre está también volviendo a mirar el interior y a mirar la vida
antigua, la vida de los primeros pobladores? Porque cómo se explica sino que
haya quienes se desesperan, por ejemplo los porteños, por venir a vivir a la
orilla de un río, hasta sin carpa, volviendo a lo primitivo, comiendo el
pescado asado a las brasas, disfrutar mirando este cielo desde debajo de los
árboles. Eso a mi me consuela, aunque parezca poco, cuando me hablan de la
famosa modernidad que nos viene pisoteando. Porque aquí hay mucho por lograr y
que no es tan difícil.
VV:
Efectivamente, no es difícil. El ser humano, que necesita de ciertas cosas que
no las puede hacer porque vive aprisionado, acribillado por los edificios de
una gran ciudad, necesita irse a un lugar donde ver verde. A su organismo le
hace falta. Hace falta la tranquilidad para el organismo y a veces nos
equivocamos al elegir los lugares que elegimos para ir a descansar. Y por ahí
nos vamos a lugares donde hay mucha gente, por ejemplo y sin desmerecer, una
ciudad como Mar del Plata y ahí no podremos escuchar el silencio. ¡El silencio
es una maravilla Rosita!¡Es maravilloso!
Estamos, por ejemplo,
ahora, consustanciados con la Naturaleza. Yo voy permanentemente a buscar la
gente que he conocido, los que sufren mucho, los aborígenes... Los busco en el
recuerdo. Tengo un tema que se llama "Con los brazos en alto". Dice en una
parte: "Yo soy ese que canta las cosas de su pueblo/ con la rudeza franca del
que anhela verdades./ El que dibuja un niño florecido en el tiempo/ y el que
encuentra alegría cuando cantan las aves./ Yo vengo desde lejos a pedir por mi
hermano/ el de manos curtidas que trabaja en el campo/ el que cosecha pena a la
luz de los maizales/ y el que deja su sangre detrás de los arados."
Y después nombro: "También
le hablo a los hombres/ los que están destruyendo con ensayos nucleares la paz
del universo/ que piensen en los niños, que protejan los montes/ y que a los
pobres indios les den tierra y derechos".
RA:
Don
Víctor: los dos tenemos en común la defensa del aborigen. Si la gente se diera
vuelta un poquito a mirar lo que es su filosofía de vida y su pensamiento vería
que a través de esa alternativa podría solucionar muchos de sus problemas
actuales que no sabe cómo arreglar. Porque destrozó tanto que ahora no sabe
cómo armar ese rompecabezas que se encuentra entre sus manos. Cree que lo va a
solucionar con la computadora y demás.
Yo le canto en mi poesía
al indígena y también desearía que le devolvieran algo de lo tanto que le han
quitado y que lo dejaran manifestarse. Manifestar lo que saben, ser un poco
nuestros maestros. Así como en lo de la medicina natural ¿no?
VV:
Yo tengo
en mi poder Rosita unas cosas que me dejaste que son hermosas. Y con las que
pienso hacer un trabajo en mi próxima grabación.
Vos sabés que por suerte
tengo todo el tiempo que necesito. Voy trabajando despacio. Estoy saliendo de
este problema que tenía en los bronquios. Tener el tiempo, porque uno no puede
pensar que le pueden decir en una grabadora "a ver qué puede grabar para
vender, que tenga gancho". Entonces uno ya no puede hacer algo para vender. Sí
algo que quede como testimonio para nosotros.
Los charrúas en los mates pirograbados de Rosa Albariño
RA:
El grupo
de poetas que integramos la Asociación de Escritores estamos abocados a la
urgencia de encontrar la identificación de la zona del Gualeguay, de la zona
central de nuestra provincia. La costa del río Uruguay la tiene clara, la costa
del Paraná clarísima. Las dos hacen lo suyo y muy bien, sobre todo la zona de
colonias de inmigrantes y demás. Y nosotros, por la misma idiosincrasia
nuestra, por las grandes extensiones de tierra vacías o de grandes estancias,
siempre fuimos un poco detrás y fuimos un poco los ceñudos, los adustos, los
callados, muy orgullosos, modestos para mostrar lo nuestro. ¡Ah, si no me
invitan yo no aparezco! Es más o menos así la cosa. Hay grandes músicos en
Villaguay que ahí están y nadie sabe que existen porque son así. Yo les llamo
"mis charrúas". Los adoro a mis charrúas. Y creo que aquí está todo por hacerse
en cuanto a identificación de la costa del Gualeguay, a surgir con nuestra
propia identidad de la costa del Gualeguay.
Y también a investigar
cómo fue acá. Hace poco veía en un
diario a Entre Ríos con sus zonas indígenas y sus nombres: chaná,
minuanos, en fin, estaban todos. Pero en el centro de la provincia, en
Villaguay había un gran signo de interrogación impreso. No se sabe, desde la
fundación de Villaguay hacia atrás no se sabe nada. O sea que es todo un
desafío para nosotros, porque creo que pasa por pararnos firmes sobre nuestras
raíces más profundas. Los abuelos gringos perfecto también. Pero nuestras
raíces más profundas que fueron los indígenas, que no fueron exterminados
totalmente sino que fueron trasladados, le fueron quitados sus nombres y
"regalados" a las estancias y demás, tenemos que saber más sobre ellos.
VV:
¡Sí
Rosita! Ponerse a investigar. Vos ya venís haciéndolo desde hace mucho tiempo...
RA:
Una de
las anécdotas que me han quedado de ese gran investigador, gran biblioteca
andante que fue don Carlos Castelo, es que en los libros de Historia figura
que, por ejemplo en Santa Fe los señoritos "de familia" venían a Entre Rios,
cuando aquí no había ni un edificio todavía, o no había por lo menos la ciudad,
el camino, a encontrar libertad, amistad y mujeres hermosas. Antes de irse a
Europa donde los formaban (o los deformaban) con esa educación europeizante que
les daba su distintivo en esa época. Y eso es importantísimo porque se produce
una dicotomía entre la forma en que nos plantean a nosotros que era el charrúa,
que es el que sobre todo yo investigo
acá -el guaraní ya se sabe mucho sobre él- diciendo que era tan hosco, tan
arisco, tan feroz. Y no condice con lo que cuentan los libros. Y si participó
en las guerras de la independencia, si ayudó al Uruguay, no me dan los tantos,
no me da la suma.
VV:
Mucha
gente está necesitando que se hagan esas investigaciones. Nosotros tenemos que
dejar algo que les interese a los chicos. Yo estoy armando, preparando algunas
charlas, a lo mejor para las escuelas. Yo voy a empezar a buscar cosas y te las
voy a arrimar. Porque vos estás abocada a eso y lo hacés muy bien. El querido
Linares Cardozo, con quien estuve conversando pocos días antes de su muerte (16-2-1996)
dejó una obra extraordinaria. Su vida la dedicó a la investigación.
RA:
Eso que
se dice:"nuestros indios, nuestra identidad a los chicos no les interesa"
tampoco condice. Como docente lo digo. Es porque tampoco condice el texto en
los libros que siempre es poco y muy parcial, tan tan objetivo que ni los
muestra casi en las ilustraciones. Nos muestran siempre indígenas cuando ya
fueron producto de lo que se hizo con ellos: con las facciones agostadas por el
alcohol, con esos cuerpos ya como con vergüenza de mostrarlos, tapados con
harapos, el pelo cortadito mal a la altura de las orejas. Indígenas que a los
chicos no los hace sentir orgullosos, motivados como están por la imagen, la
televisión, la historieta y por los grandes héroes musculosos que muestran
estos medios. Y porque no les muestran a los indígenas en su hábitat antes de
la conquista. Entonces yo creo que mi compromiso como plástica que soy pasa por
representarlo, revivirlo con toda su belleza agreste que tenía. Tanto al varón,
como a la mujer y al chico. En su medio, cazando, pescando, corriendo,
boleando. Que lo vean como era y no como se los muestran esos libros
antropológicos, ruinas humanas, restos que van quedando y dignos de museo,
arqueológicos. Pienso que por ahí está el secreto de cómo les mostramos a
nuestros indios, a nuestra gente a los chicos para que se sientan orgullosos y
pregunten un poco más y vayan reviviendo a nuestros antiguos.
VV:
Eso es
lo que nos hace bien a todos. Encontrar gente que tenga un rumbo y además que
ese rumbo no se tuerza. Que no venga el cansancio.
RA:
¡América
es interminable para redescubrirla! Además tenemos que refundarla, es nuestro
compromiso. No podemos vivir de una forma tan "light" como nos quieren hacer
vivir.
VV:
Recuerdo
que don Atahualpa Yupanqui contaba una anécdota sobre un chico que le
preguntaron de dónde salían las manzanas, a lo que respondió "de la frutera".
Claro, no conocía el manzano, nunca lo había visto ni nadie le había mostrado
un buen dibujo ni una foto realizados en el sitio natural.
Tapa de uno de los libros editados por Víctor Velázquez y Rosa Albariño con sus mates pirograbados con motivos charrúas (Foto: Ricardo Luis Acebal).
ROSITA, CRIOLLA DE ORIGEN CHARRÚA
El Día de la mujer originaria de Entre Ríos fue el resultado de un
proyecto presentado en el senado juvenil por estudiantes de una escuela de
Villa San Marcial, en Concepción del Uruguay, y que está vigente desde 2015.
Se estableció que sea el 17 de marzo y así lo dispuso
la Ley 1.302, en 2014. Es una fecha para conmemorar el fallecimiento de Rosa Albariño, principal referente de
la causa Charrúa y de la reivindicación de todos los pueblos originarios de la
provincia.
SILENCIO Y MURMULLO
Y cuando se hubieron consumido los aterradores,
definitivos ruidos del espanto.
Cuando todo estuvo consumado y reinó el silencio
sobre la gelatinosa niebla de muerte
que enturbió los ojos
y confundió los oídos durante siglos
en la tierra del quetzal y del cóndor,
del águila y el jaguar.
Entonces... transcurrió el Tiempo.
Y una mañana de un nuevo día
un hombre miró a otro y murmuró :
"¿Qué hicimos...?"
Y con la voz de los pájaros de Hiroshima
le preguntó : "¿Dónde están los Hombres?
¿Dónde han ido...?"
Y la Vergüenza les hizo inclinar la cabeza.
ROSA ALBARIÑO
(Colaboración
Cristina Carbini de Miranda)
AMÉRICA...LLAMA
El libro fue editado en 1996 y contó con un
comentario en contratapa firmado por uno de los especialistas más prestigiosos
en materia de culturas de nuestros aborígenes: Adolfo Colombres.
La mujer charrúa que ilustra la tapa reproduce un cuadro de 0,80 m. por 1 m. pintado por Rosa Albariño y que corresponde a un poema suyo titulado "Redes en la Selva", integrante del libro en página 7
Juan
Carlos Escalante comentó: