EDICIONES COLIHUE Y CICCUS...
...se unen en el
relanzamiento de dos obras tempranas de Adolfo
Colombres, escritas con la fuerza de una juventud militante, y centradas
ambas en las luchas indígenas de Nuestra América.
La novela
Sol que
regresa
, hasta ahora inédita en
Argentina, fue publicada en México en 1981, tras recibir el Premio
Internacional Laureano Carus Pando, que le entregara un jurado presidido por
Álvaro Mutis. El escritor boliviano Adolfo Cáceres Romero dijo sobre ella:
"Solo un narrador de la talla de Adolfo Colombres pudo haber urdido la trama de
esta singular novela, que nos brinda un fresco seductor por su capacidad
creativa, que lo muestra como un maestro que se arriesga en penetrar las
agotadas entrañas del emblemático cerro de la Villa Imperial de Potosí, en un
momento histórico de gran represión política, como fueron los años 70. Estamos
acaso ante la mejor novela minera de Bolivia, escrita por un argentino
hermanado con el país y la civilización andina". Santiago Álvarez, un
oscuro médico argentino, vive el cansancio de una civilización. La rutina del
hospital le mostró ya los rostros de la muerte. Sus fines de semana se repiten
como los naipes de una baraja sucia. El sol quedó lejos, entre las nieblas de
su infancia. Con el deseo de recuperarlo, llega a Potosí durante un verano y se
encuentra en la mina de Pailaviri con un minero quechua que padece una
silicotuberculosis avanzada, quien con palabras luminosas le muestra las
irradiaciones de otro sol. Regresa así a Buenos Aires dispuesto a salir de su
inercia y pasar a la acción. Al fracasar en su intento, retorna a Potosí, pero
el minero ya murió, y en vano persigue su sombra por el frío de las alturas y
los socavones, procurando recuperar ese sol que declina. Hay en el final un
simbolismo relevante: un águila real acosada por una bandada de cernícalos cae
en Huacaypata, la Plaza del Quejido del Cuzco, anunciando las vindicaciones que
vendrían décadas después, aunque Álvarez no vivirá ya para verlas.
La colonización cultural de la América indígena
es el primer ensayo antropológico del autor,
escrito casi a la par de la novela, lo que justifica su lanzamiento conjunto.
Mediante el análisis histórico de las relaciones interétnicas en América, así
como de las distintas formas asumidas por el proceso aculturativo y los
mecanismos de dominación, esta obra sale en apoyo de las demandas autogestionarias
y pluralistas de los movimientos indios entonces emergentes. Se trata de la
cuarta y suponemos que definitiva versión de un libro que, sin proponérselo,
devino un clásico. En él se conjugan dos grandes vertientes antropológicas: la
que se ocupa tanto de los pueblos agrícolas sometidos por España en los siglos
XVI y XVII, como de la expansión de las fronteras nacionales en las selvas y
otros territorios en los que estos pueblos resistieron durante la Colonia y la
República, y resisten hoy, porque se trata de una historia inconclusa e
igualmente trágica.