"¿DÓNDE ESTÁ, OH MUERTE, TU VICTORIA?"...
Texto:
Ricardo Luis Acebal
Fotos:
Rafael Gindin.
Las
fotos del velatorio de Molina
son gentileza de su hijo Pablo.
La Biblia, que llegó a nuestro
Continente Americano traída por los colonizadores dando un mensaje tan
optimista como el de la no victoria de la muerte, terminó siendo usada para
meter miedo a la muerte. En vez de subrayar las coincidencias con las creencias
que regían en los habitantes de estas tierras (los "indios") de que esa cuestión
de dejar el mundo físico no era un momento de dramático terror sino solo un
momento de la Vida.
Es sabido que el miedo es
paralizante y que el terror es siempre utilizado por quienes en plan de
conquista convencen a los sometidos de que sus armas son más poderosas, que "su
majestad el rey (o la reina) es el único humano que dialoga directamente con
Dios y por lo tanto hay que obedecer ciegamente sus órdenes y desde luego a las
que den los virreyes, que son los únicos que pueden dialogar con el rey.
Que hay que cubrir las
desnudeces porque el cuerpo es pecado (aunque se enseñara y se siga enseñando
que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios), que hay que hablar la lengua
de los "instruídos" y cantar sus músicas (olvidarse de esos cantos rústicos de
indios), que la belleza es rubia y tiene ojos celestes...
Esta corta introducción
para un tema tan largo viene a cuento porque van a cumplirse dos años del
cambio de estado (o de barrio, como
decía el sacerdote jesuita Fernando Boasso, biógrafo de Atahualpa Yupanqui para
referirse a la muerte) de un excelente maestro de pintura y grabado nacido en La Rioja en 1934: Pedro Molina. Y de
una luminosa y colorida despedida que se le hizo en su ciudad natal.
Pedro conversando con Vitillo Ábalos (Humahuaca, Jujuy)
Molina, en la nota que le
hiciera el citado Roberto Espinosa en La Gaceta, recordaba:
"Yo había
estudiado con algunos profesores en La Rioja cuando iba al secundario a
principios de los años 50. Después apareció el grupo Calíbar, el cual integré;
vinieron entre otros, grandes maestros como Carlos Cáceres, Miguel Dávila,
formado en Tucumán con Gómez Cornet y Spilimbergo, que también recalaba en La
Rioja. Me fui a Córdoba en el año 57 y estuve un año con el maestro Farina y
otra gente. Aprendí técnica, mucho concepto, pero también había un gran
intelectual, traductor y gran poeta, Enrique Revol. Aprendí muchísimo de él,
tanto como del poeta riojano Ariel Ferraro."
Pedro Molina, troesma en rodeo propio y troesmazo en rodeo ajeno.
La mayoría de estos maestros nombrados por Molina no consultaba
a las Sagradas Escrituras antes de desarrollar sus creaciones. Tampoco
abjuraban de ellas. Simplemente no acataban las prácticas de quienes las
difundían siguiendo las enseñanzas de las "sotanas conquistadoras", (complementadas
por otros "cuenteros religiosos" que vinieron a continuación de ellas pero sin
sotanas) siempre al servicio de la explotación de "los naturales" a su gratuito
servicio. ¡Y al que no esté de acuerdo, cadalso o balazo!
Por eso la inmensa mayoría de esos predicadores no nos decían,
salvo excepciones como en tiempos recientes y en la actualidad curas como
Julián Zini (y varios obispos asesinados a lo largo y ancho de Suramérica) que
Dios no es varón ni mujer, es las dos cosas porque es el TODO, es el Universo
entero.
Y el todo no se puede ni se debe representar.
Cuando conversando con el
"Paí" Julián en Corrientes me dijo eso, no pude menos que comentarle que la
Pachamama tampoco (aunque se le anteponga el "la") no es varón ni mujer, es
también el TODO, el universo, no sólo la tierra que pisamos sino el Cosmos. Y
que tampoco nuestros antiguos de América la graficaban.
Le pregunté a Julián, haciéndome
el inocente: ¿Porqué no nos enseñan entonces esa similitud, esa coincidencia
fundamental en los conceptos espirituales de quienes vinieron de Europa y de
quienes ya estaban aquí?
La respuesta es obvia: si
eso se hubiera planteado así no hubiera existido conquista, sometimiento,
esclavitud y sí se hubiera producido un
verdadero encuentro de culturas. Nunca debió haberse hablado de un "día de
la raza", porque eso lleva indefectiblemente a aceptar más tarde o más temprano
que hay una "raza" superior que debe mandar y otra (u otras) que solo debe/n
obedecer.
Si no sentimos en nuestro
corazón esa convicción, el "festejo" de una muerte, que es lo que motiva esta nota sonaría a "vacía
rebeldía a lo establecido", a "snob" o a "hacerse el raro".
En 2015 la Pachamama, como
obsequio especial en su mes (agosto) decidió aceptar en todo su cuerpo a quien
en vida terrena la había hurgado y ofrendado tantísimas veces. Alguien a quien
ella misma había inspirado en sus luchas y en su creatividad artística,
respondiendo a los pedidos que éste le había hecho: Pachamama ¡cusiya! ¡cusiya! ¡cusiya!(¡Madre Tierra sé propicia,
alégrame, dame vida!).
Dos momentos de una chayada a la Pacha Mama en la Casa del Tantanakuy (Humahuaca)
Pero para que la fiesta
fuera completa, la Pacha inspiró a pintores, cantores, músicos, familiares,
para que le ofrendaran al Pedro envuelto en todo el color dentro del que había
vivido y despedido con coplas acompañadas con caja.
Pedro Molina "el macho"
riojano, se formó en la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba,
donde tuvo por maestros al pintor Ernesto Farina y al grabador Alberto Nicasio.
Continuó sus estudios en el Instituto Superior de Artes de la Universidad
Nacional de Tucumán, graduándose como licenciado en Artes Plásticas en el año
1962. Durante su estadía en Tucumán fue ayudante alumno de Pompeyo
Audivert.
Profundamente interesado en el arte precolombino y barroco iberoamericano,
realizó varios viajes de estudio por el norte de Chile, Bolivia y Perú.
Coplas para chayar a la Vida.
Entre 1966 y 1970 residió
en España, perfeccionándose en litografía en el Conservatorio de las Artes del
Libro de Barcelona y en Grabado Calcográfico en la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando, en Madrid. Asimismo, creó y dirigió en Ibiza el taller
de grabado "Ibograf", que fue el primero dedicado a la enseñanza
integral de dicha disciplina en la isla.
A su regreso de Europa se desempeñó como profesor de Grabado en la Universidad
Nacional de Tucumán, donde creó el taller de Litografía, hasta su expulsión
durante la dictadura cívico militar. En 1981 fue cofundador del Profesorado de Arte en San salvador de
Jujuy.
Ha sido Director General de Cultura de la Municipalidad de La Rioja de 1983 a
1985. Durante su permanencia en México dictó cursos en la Universidad Autónoma
del Estado de México, Toluca.
Pedro Molina, a colores y en blanco y negro, como sus coplas.
Ricardo Dubín (en "El
Tribuno", Jujuy):
"Aquí
lo conocimos para escucharle la infinidad de anécdotas que lo caracterizaban,
como aquella mañana de los años 60 en que, andando por Paris, da en la batea de
una disquería con un long play editado por la UNESCO para escuchar su propia
voz entre las de los copleros anónimos que registrara algún antropólogo, o
aquella gresca peñera en Tucumán, cuando se trenzó a golpes por una dama y supo
que aquel a quien le torcía la pierna en el suelo era Roberto Santucho, luego
fundador y dirigente del ERP, por entonces estudiante de Ciencias Económicas.
Cuando
el Tata Cedrón dio su concierto en Tilcara, terminaron recordando alguna
guitarreada en la costanera porteña porque Pedro Molina, con su camisa floreada
y su sombrero a medio camino entre bohemio y Piluso, fue un hombre que, antes
de pintar, vivió intensamente cada rincón que merecía ser vivido para luego ser
recordado. Y no hablo de un antes temporal sino existencial, de una vida de la
que brotaba la fuerza de su arte como una consecuencia natural y propia."
Comunicado de su ida pa` las nubes
El
2 de agosto de 2015 la FM 88.3 "La red" de La Rioja informó:
"
Falleció el pintor Pedro Molina
Se desempeñó como pintor y grabador convirtiéndose en
un notable representante riojano en el país y en el mundo. Tenía 81 años.
Sus restos serán velados en el Museo de Bellas Artes
Octavio de la Colina (MOC), en donde vidaleros, vidaleras, chayeros y chayeras
despedirán al artista con bombos, guitarras y cajas desde las 15:00 de
este domingo."
Y así se hizo, aunque los
"grandes diarios nacionales" y sus correspondientes canales de televisión en
todo el país no creyeron oportuno informar que a la Vida se la celebra con la
Muerte incluída. ¿Será que seguimos viviendo en 1492?
Ilustración para la "Cantata Riojana", de Gatica y Navarro: El momento del asesinato de Facundo.
El amor de Damasita Boedo y el general Lavalle en Jujuy.
Audio de la nota: "Molina", canción de Hugo Casas por Romy Pugliese.