LA VERDAD ¿SERÁ UNA SOLA?
Después de la Segunda
Guerra Mundial y de los dos bombazos atómicos
yanquis sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, el
capitalismo advirtió que (tramposo, inhumano y discriminador como siempre fue y
es) debía crear las condiciones para cubrirse ante la posibilidad de que
alguien quisiera cambiar su predominio mediante los mecanismos que conforman la
falacia que el mismo inventó: la "democracia occidental".
Organizaciones "secretas"
siempre hubo. En tiempos remotos (siglos 16,17...) existían las logias masónicas
y de otro tipo, compuestas por miembros juramentados que perdían su vida si
revelaban públicamente su pertenencia a estas oscuras organizaciones.
Como tantas otras bellezas
mundiales, estas logias fueron pergeñadas por súbditos ingleses y franceses. Y
prontamente contaron con la adhesión de ciudadanos de otras partes del mundo,
que apuntaban a lo mismo que los fundadores: la dominación del poder mundial. Y
aunque se las disfrazara de organizaciones altruistas, progresistas,
científicas, etc., trabajaron siempre para que "Dios salve al rey (o a la
reina)" y haga crecer a sus bancos internacionales mediante el manejo internacional
de la guita.
Pero la situación del
mundo indicó que la segunda mitad del Siglo 20 venía muy complicada como para
seguir "logiando" y era necesario ampliar más el tema de dónde y cómo esconder
la guita grande para que pueda multiplicarse sin rendirle cuentas a nadie.
Y el capitalismo se
"trampeó" a sí mismo y se empezó a evadir a sí mismo. Por un tiempo alcanzó con el
"secreto bancario suizo". Pero los capitales "secretos" en constante aumento y
provenientes de un mundo que se tiñó casi en su totalidad de capitalista
(porque ¿qué tienen que ver con el socialismo o el comunismo las actuales Rusia
y China?) creó entonces los "paraísos fiscales", lugares del mundo donde
quienes ahí gobiernan ni quieren saber el origen de las impresionantes sumas de
dólares que ingresan para ser administradas por curiosas sociedades anónimas,
comprándoles esa ignorancia y ese silencio con algunos "huesitos" (con varios
ceros a la derecha).
Tal parece que en la
actualidad estamos asistiendo a una "depuración" de las cuentas, ya que los
super super están tratando de poner un poco de orden ante la hiperpoblación de
los paraísos por parte de demasiados macris, pratgayes, caputos, magnetos y
otros de ese "segundo" nivel. Entonces aparecen los "arrepentidos", los "grupos
de periodistas de investigación" y otros denunciantes que contribuyen a ese
reacomodamiento.
Ricardo
Luis Acebal
El domingo 5 de junio de
2016 "Página 12" publicó en sus
páginas 26 y 27 una nota de Eduardo
Febbro realizada en la Ciudad de México:
"La
corrupción también se puede legalizar"
Habla
Edgardo Buscaglia, consultor de la
ONU
especializado en tráfico de drogas, lavado y delincuencia organizada.
Edgardo Buscaglia
Buscaglia
desenmascara la corrupción política y empresarial, el lavado de dinero, las
bases patrimoniales del crimen organizado, el sistema financiero, el cinismo
protector de los Estados coloniales y la impunidad de los capitales ilícitos.
Viajar por el intrincado y planetario
mundo del crimen organizado es una travesía de muchas sorpresas donde la figura
del narcotraficante mexicano Joaquín "El Chapo Guzmán" es apenas un títere en
miniatura frente a la poderosa maquinaria de la corrupción política, financiera
y mafiosa que, en el fondo, rige los destinos de mundo. Esa es la a la vez
dolorosa, alentadora y magistral demostración que realiza el doctor Edgardo
Buscaglia en una de sus últimas investigaciones publicadas: Lavado de dinero y
corrupción política. El arte de la delincuencia organizada internacional
(Editorial Debate). Si alguien quiere dejar el territorio de la inocencia o la
mera lectura ideológica del crimen organizado, Buscaglia ofrece una perfecta
guía para navegantes en la cual desmonta y desenmascara la corrupción política
y empresarial, el lavado de dinero, las bases patrimoniales del crimen
organizado, el sistema financiero, el cinismo protector de los Estados
coloniales y la manera en que, con toda impunidad, los capitales de procedencia
ilícita se integran en la economía legal. Esa corrupción ha terminado por
generar no sólo un sistema económico paralelo, sino también un sistema político
a espaldas de la sociedad que elige a sus dirigentes.
Buscaglia demuestra que, en sus
múltiples formas, el lavado de dinero es una suerte de lavado de la democracia
una violación de la misma democracia que cuenta con complicidades en los niveles
más altos de la política y la finanza internacional. Los capos del narcotráfico
son meros figurantes sangrientos en esta gigantesca empresa mundial que mueve
más capitales que el propio PIB de los Estados Unidos y cuyos operadores
centrales son de cuello blanco y corbata. Buscaglia es uno de los más
exquisitos especialistas del mundo en esta materia, con una amplia y reconocida
experiencia. Dedicó la mayor parte de su vida a investigar el fenómeno del
crimen organizado. Ha dado clases en las universidades más prestigiosas del
planeta y trabajó en instituciones globales como la Oficina de las Naciones
Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés). Buscaglia
fue jefe de asesores de la Organización de las Naciones Unidas entre Junio del
2010 y Junio del 2011 en Afganistán, además de asesor externo de la agencia ONU
para el Entrenamiento e investigación (Unitar). Su libro es una síntesis
valiente de los ríos ocultos que riegan de agua sucia a los Estados donde
emerge la complicidad entre el mundo público y el sector privado, los medios de
comunicación, las grandes corporaciones internacionales, y los crímenes como la
trata de personas que generan miles de millones cada año.
En esta entrevista exclusiva con
Página/12, Buscaglia nos introduce, desde la Argentina hasta el corazón del
mundo occidental, en los meandros de un asalto a las democracias del mundo.
-El tema de los Panamá Papers se ha
impuesto a nivel mundial y ha venido a probar la enredadera de corrupción que
envuelve el mundo. Allí aparecen jefes de Estado, entre ellos el presidente
argentino Mauricio Macri, escritores, artistas, empresarios, en suma, una
colección inaudita de evasores. Y sin embargo, ha habido como una auto
limpieza. Los culpables no conocerán tal vez ninguna sanción.
-Se trata de una suerte de corrupción
legalizada. Como el sistema de financiamiento de campañas políticas en los Estados Unidos, la corrupción
también se puede legalizar. Luego está la corrupción propiamente dicha, la
delictiva. Ambas encierran flujos cuantiosos, inimaginables para una persona
promedio. Esos flujos son equivalentes a montos
anuales mayores al PIB de los Estados Unidos. En su mayor parte, esos
dineros le pertenecen a las elites políticas, a las elites empresariales, a
algunas elites sindicales. Esas elites han generado un sistema financiero
paralelo, un sistema político paralelo, un sistema socioeconómico paralelo al
de las personas de a pie. Y ese sistema paralelo determina el resultado de las
elecciones, el resultado de lo que se supone debe ser la competencia del
mercado, que en realidad no existe. En suma, esos montos ligados a estas
actividades pasan después a través de canales que evaden impuestos, o que no
los evaden y van a parar a estos paraísos fiscales, a estas empresas fantasmas
que trabajan con una arquitectura enormemente sofisticada. El caso de esta
firma panameña Mossack Fonseca es sólo una entre cientos de firmas. Hay otras
que realizan operaciones muy superiores a la de este caso de los Panamá Papers.
Esto es moneda corriente entre las elites políticas de este planeta. Allí
encontramos a la elite china, o a la elite capitalista propiamente china. Esto
quiere decir que no hay ideologías en el lavado de dinero. La delincuencia
organizada de Estado y la delincuencia organizada propiamente dicha como la del
cartel de Sinaloa tiene su dinero mezclado en ese sistema paralelo. Nuestros
sistemas políticos a los que clasificamos demasiado rápido como democracias,
especialmente cuando habla la OEA, son realmente fachadas de democracia, como
es el caso mexicano, como es el caso de Argentina y de otras regiones del
planeta. Los Panamá Papers son sólo una gota en el océano. Es una industria
cuantiosa.
-Lo que resalta en su libro, Lavado de
dinero y corrupción política. El arte de la delincuencia organizada
internacional, es la connivencia entre el poder político y el crimen
organizado. De allí se desprende una evidencia: el crimen organizado es un
ejército mundial, globalizado.
-Hay que definir adecuadamente al
crimen organizado. Si este crimen organizado es la caricatura del tráfico de
drogas que se presenta en México, entonces nos quedamos con una pequeña gota
del gran lodo de la delincuencia organizada. De hecho, la delincuencia
organizada es también la compra venta de pasaportes a través de un ex Primer
Ministro de Portugal, es igualmente el proceso a través del cual se desvían fondos
públicos hacia empresas fantasmas para financiar campañas electorales. Cuando
se tipifican delitos de la delincuencia organizada y se los amplia a muchos de
estos delitos que a veces se conciben nada más que como corrupción política,
recién podemos empezar a entender la magnitud del fenómeno. La delincuencia
organizada se dedica a 23 tipos de delitos económicos y tráficos ilegales:
tráficos de personas, de migrantes, de armas, de drogas, contrabando,
extorsiones, etc, etc. Pero esa delincuencia tiene más del 70 por ciento de sus
capitales introducidos en actividades legales. Es allí donde debemos atacar. El
gran puente entre los Estados y el crimen organizado es la política. Debemos
destruir ese puente para empezar a desmantelar, por un lado, a los grupos criminales
organizados, aquellos que trafican con armas o personas, como en Argentina y en
México, dos países que se han transformado en grandes centros de la trata de
personas. Pero, por otro lado, también hay que destruir el puente para
desmantelar las redes de políticos y empresarios que operan en el mundo legal y
que son también delincuencia organizada.
-El mundo legalizado de la delincuencia
organizada es espeluznante: hay bancos, compañías financieras, gabinetes de
abogados, intermediarios con reconocimiento mundial, etc, etc.
-Efectivamente. La delincuencia
organizada es un fenómeno de cuello blanco. Las mentes más sofisticadas y más
educadas del planeta que fueron a las universidades más importantes del mundo
están al servicio de estos grupos criminales. Tenemos que dejar de
caricaturizar a la delincuencia organizada a través del Chapo Guzmán o de las
pandillas que uno observa en Santa Fe, en la Argentina. Hay que comenzar a
llamar a las cosas por su nombre. La corrupción política es un delito en red, y
como tal, tiene una motivación no sólo política sino también económica. Por
consiguiente es delincuencia organizada. Es preciso llegar hasta los
empresarios que están detrás de esa corrupción. En muchos casos son las mismas
personas, son los políticos y sus familias, como ocurre en México.
-México no es una isla, no es una
excepción sino el lugar que concentra todo lo que ocurre en el mundo. México no
es una problemática local, sino planetaria.
-Exactamente. La delincuencia que se
manifiesta en México es una delincuencia transnacional que tiene su base
patrimonial en los Estados Unidos en alrededor el 20% del dinero que se genera
a través de delitos. El problema es que México es un país, como Rusia, en una
transición hacia una democracia con enormes vacíos institucionales: vacíos de
controles patrimoniales, de prevención social de la delincuencia, vacíos de
controles de la corrupción. Entonces, esos vacíos de controles institucionales
hacen que la delincuencia organizada que pasa por México se comporte de forma
mucho más dañina que la misma delincuencia organizada que pasa por Holanda y
los Estados Unidos, que no se comporta con tanto impacto y violencia
contrariamente a la de México que tira bombas, secuestra más, compra y vende
seres humanos con mayor asiduidad. Esa misma delincuencia, cuando pasa a los
Estados Unidos, se comporta de manera empresarial porque se encuentra con
instituciones judiciales más fuertes. En Estados Unidos la delincuencia
organizada es infinitamente más poderosa que en México. La gente tiene la idea
de que México es el gran imperio, pero no es así. En México los distintos
grupos criminales pujan para usar a las distintas fuerzas de la policía a su
imagen y semejanza, pujan por usar a empresas bancarias o farmacéuticas. Esto,
por ejemplo, no lo podrían hacer en los países europeos con tanta impunidad.
Pasan a Europa silenciosamente y hacen más dinero porque allí tienen sus bases
patrimoniales. Si se conjuga a la Unión Europea y a los Estados Unidos tenemos
el 44% del lavado de dinero mundial, a lo cual le podemos también sumar China.
No nos engañemos. México está pagando con sangre sudor y lagrimas el pasaje de
esta delincuencia organizada que tiene su base patrimonial en los países más
ricos.
-¿Acaso estamos en una situación
mundial que cabe en aquella frase del narco colombiano Pablo Escobar: "¿plata o
plomo?".
-Yo le diría que es poder o plomo. La
plata que esta gente le promete a jueces y a políticos termina constituyéndose
en poder social y político. Lo que más me preocupa es que en la mayoría de los
países como Argentina, México y algunos europeos con vacíos institucionales se
están formando Estados dentro del Estado. De alguna manera estamos volviendo a
la Edad Media. El poder político se está fragmentando y feudalizando. La delincuencia
organizada promete poder, feudaliza al Estado, genera feudos y, muchas veces,
esos feudos comienzan a competir entre ellos como en la época feudal. Hay que
parar ese proceso porque es muy dañino para el tejido social. No se trata sólo
de un tema económico. Es un tema de desarrollo social que no se podrá alcanzar
en la medida en que los Estados se sigan fragmentando.
-Usted tipifica unos 23 perfiles de
delitos económicos. ¿Cuál es el patrón que los unifica?
-La motivación económica, pero me
preocupan más los crímenes de lesa humanidad. La trata de personas, que es uno
de los grandes negocios de la delincuencia organizada transnacional, son
crímenes de lesa humanidad. Tenemos una situación donde estas redes criminales
cometen crímenes de lesa humanidad en todas partes. La legalización del tráfico
de drogas, por ejemplo, no resuelve el gran problema de la delincuencia
organizada que está muy diversificada mundialmente. Si le legalizas las drogas
por aquí, esta gente reasigna recursos para hacer otro negocio en alguna parte.
En ese sentido, los 23 delitos económicos son en su mayor parte crímenes de
lesa humanidad: tráfico de migrantes, secuestros, explotación sexual, etc.
-Un informe del organismo europeo
Europol calcula que la crisis migratoria que sacude hoy a Europa genera una
cifra de negocios de 6 mil millones de dólares por año. El 90% de las personas
que llegan a Europa lo hacen a través de redes mafiosas.
-Así es. En la gran, gran mayoría de
los casos de refugiados nos encontramos con redes criminales transnacionales
que trabajan con toda una infraestructura muy sofisticada de transporte,
logística de almacenamiento, distribución de estos refugiados y un mecanismo de
distribución de precios según el origen socioeconómico de los refugiados. Hay
funcionarios públicos involucrados en este tráfico y también empresas de
transporte, a la vez terrestre y marítima. Desde luego, la raíz de estos
problemas son tanto los sistemas políticos de Medio Oriente como el de los
sistemas políticos colonialistas que han estado generando el catalizador de
estas guerras.
-En su libro usted plantea 20
propuestas para sanear esta hecatombe de corrupción. ¿Cuál sería la mecánica de
dichas propuestas?
-Se trataría de entrarle a la esencia
misma de la delincuencia, a la madre y al padre de la delincuencia organizada
que es la corrupción política al más alto nivel. Habría que pegarle a esos
organismos que promueven la corrupción política. Y esto no pasa solamente por
castigos de la justicia penal. No, habría que, por ejemplo, generar mecanismos
mucho más transparentes para que se elaboren listas de candidatos a las
elecciones primarias en España, en Argentina, México, que sean listas abiertas,
sujetas al voto popular, con controles patrimoniales mucho más precisos. Ese
tipo de medidas son esenciales para eliminar el efecto catarata, donde la
corrupción empieza a muy alto nivel y luego baja a través de la corrupción
administrativa, judicial. Pero hay que ir al foco principal de la corrupción,
que está al más alto nivel. Hay casos como el de la provincia de Buenos Aires,
en la Argentina, que no tienen aún una ley de financiamiento de campañas
políticas. La provincia de Buenos Aires es un parque de diversiones para le
delincuencia organizada. Hay que abordar ese aspecto para que, quienes lleguen
a la política, aunque no sean santos, estén sujetos a controles un poco más
elaborados para que tengamos un mínimo de control de calidad. ¡El centro
mafioso patrimonial de la Argentina es la Provincia de Buenos Aires! Incluso si
la Provincia de Buenos Aires maneja montos criminales mucho menores a los que
podemos ver en Alemania o Estados Unidos, es un factor de generación de
violencia por los vacíos institucionales que existen. Allí donde hay vacíos de
Estado hay delincuencia organizada violenta.
El "Chapo" Guzmán, María Eugenia Vidal y Mauricio Macri
-En la Argentina hay muchas denuncias
en este momento...
-Parece que el Poder Judicial en la
Argentina está muy entusiasmado en iniciar causas penales. Hay que dejarlo que
genere material probatorio para que avancen las causas en la Argentina, pero
siempre y cuando se abarquen a todos los partidos y no nos quedemos solamente
con un proceso de manos limpias de una sola mano. Hay que lavar ambas manos. El
Mani Puliti italiano, o actualmente el brasileño, abarca a todos los partidos,
no solamente a los Kirchner. En la Argentina hay corrupción por todos lados y
es preciso abarcar a todos los movimientos.
-El macrismo tiene un discurso
justiciero y moralizador pero en el propio aparato del gobierno hay miembros
que participaron en los procesos de corrupción que usted describe, empezando
por las cuentas en paraísos fiscales.
-Hay que introducir mecanismos de control
de financiamiento de campañas que empiecen con el control de la campaña del
presidente Macri. Habría que establecer tres tipos de auditorias: las sociales
electorales, las auditorias legislativas, y la de los institutos que, en el
caso de la Argentina, sería la Cámara Nacional electoral.
-En este contexto, para usted, lo que
pasó en Brasil fue un golpe de Estado para impedir las investigaciones de la
justicia al conjunto de la clase policía.
-Es un golpe parlamentario por la
impunidad. Ahí tienes un 59% de los legisladores brasileños de todos los
partidos que están procesados por un sistema judicial medianamente
independiente. ¡Los brasileños deberían estar orgullosos! Pero hay ese 59% de
los legisladores del Congreso Federal clamando impunidad. Ese fue el factor
principal para tratar de sacarse de encima a la presidenta Dilma Rousseff a
través de tecnicismos. Ahí hay un tema importante: cuando los Estados se
comienzan a reconstituir y a generar movimientos de limpieza de sus cloacas
políticas, como es el caso de Brasil y fue el de Colombia o Italia, cuando eso
ocurre los procesados no se quedan quietos y empiezan a generar una contra
reforma reaccionaria. Eso lo observamos con gran crudeza en el caso de la
presidenta Dilma Rousseff en Brasil. Estamos viendo maxi procesos de mafia y
corrupción política. ¡Viva Brasil! Hay que ser muy elogiosos del trabajo que
están llevando a cabo allí, con una sociedad civil mucho más activa, unificada,
que protege a sus fiscales, cosa que no ocurre ni en México ni en la Argentina.
Brasil es un ejemplo porque lo que se juzga no es si en un país hay o no
corrupción, en todos los países del mundo la hay. Lo que se evalúa es la
reacción del Estado. Es preciso entonces apoyar a los Estados para que se
institucionalicen.
Edgardo Buscaglia