FICHA:
Abel: Claudio Da Passano
Caín: Claudio Martínez Bel
Tatita: Rafael Bruzza
Escenografía
y vestuario: Gabriela A. Fernández
Iluminación:
Leandra Rodríguez
Diseño
sonoro: Eliana Liuni
Fotografía:
Malena Figó
Asistencia
de escenografía y vestuario: María Laura Voskian
Realización
escenográfica: Gonzalo Palavecino, Lucía Garramuño
Prensa:
Daniel Franco, Paula Simkin
Realización
de vestuario: Mirta Miravalle
Asistencia
de dirección: Alan Darling
Dirección:Mauricio
Kartun
Teatro del Pueblo
- Sala Carlos Somigliana
TE: 4326-3606
Av. Roque
Saenz Peña 943
Ciudad de
Buenos Aires
De una nota de Mariu Serrano en
"Puesta en escena":
Lo que llevó
a Kartun a recrear el destierro de Caín no fue, ni por las tapas, la pereza o
la falta de inventiva. Al contrario, el dramaturgo moldeó una puesta desafiante
para el director que él mismo encarna. Unos días antes del estreno de este
pequeño misterio ácrata, tuve la oportunidad de conocer la comodidad de su
living, abarrotado de libros y objetos extraños (es todo un fetichista, en un
sentido totémico). No pude evitar preguntarle por qué habían postergado el
estreno, a lo que replicó:
"El teatro de arte, cuando se
practica como tal, tiene una economía bizarra. Vos vas al teatro comercial, se
ensaya dos meses, se pone una guita para la promoción... lo que se invierte como
trabajo es lo mínimo que se puede para sacar rédito. El teatro de arte es al revés:
siempre invierte mucho más de lo que saca como rédito. Porque su objetivo está
en obtener el resultado, no simplemente en el hacer mecánico. Yo me puse
optimista porque tenía un muy buen elenco y dije: -En cuatro meses, laburando a
lo perro, lo sacamos-. Y cuando estábamos en tres meses y medio nos dimos
cuenta que era horroroso lo que teníamos. Que no habíamos llegado a lo que
teníamos que llegar, ni llegaríamos en ese plazo. Entonces decidí postergarlo.
Los actores se saben la letra, la escenografía está ahí, todo lo que en
términos de una hipótesis comercial se necesita para hacer la obra, lo tenés.
Lo que no tenés es cumplido el objetivo artístico. Y cumplirlo lleva un tiempo
inconmensurable porque pasa por el cuerpo. Hay algo que pasa por mi cuerpo, por
mi ritmo, por cómo me acompaña el resto... En el teatro de arte hay una inversión
de tiempo en la búsqueda de un objetivo virtuoso. Ni hablo de perfección, y
además te puede salir como el culo, vos podés ensayar un año y estrenaste una porquería. Eso es
parte de los riesgos que supone el arte. Pero tiene un desafío ético que es
hacer lo mejor, lo máximo que uno puede llegar. Quien vaya a verlo, le puede
gustar o no, pero no le va a quedar ninguna duda de que los actores están dando
el cien por cien de su talento y que llegan con el cien por cien de ensayo como
para hacer eso."