Irupé en
guaraní significa plato sobre el agua.
Es el Irupé
una bellísima planta acuática que se desarrolla en las aguas de numerosos ríos
de la mesopotamia argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil. Sus flores son
blancas, pero se tornan rojizas con el transcurso de los días. Son sin, dudas
exquisitamente hermosas.
Yasí-Rata
significa en guaraní estrella.
Dicen que
dicen...que Yasí-Rata había nacido en una maloca, rodeado de todos sus parientes
en tierra guaraní, a orillas del río Paraná.
El pequeño
creció feliz hasta convertirse en un apuesto jovencito, muy soñador. Al llegar
a la adolescencia, su mayor pasatiempo era abandonarse a orillas del río para
contemplar a la reina de la noche, de quien el muchacho estaba profundamente
enamorado.
Él amaba a la luna con verdadera pasión.
Cuando las
nubes cubrían la faz y ocultaban el rostro de su amada imposible, Yasí-Rata se
desesperaba de tal forma que trepaba a las copas de los árboles más altos, sólo
con la esperanza de poder atraparla.
Sus amigos
solían burlarse de él y el muchacho no encontraba consuelo, todo lo que hacía
era con el afán de acariciarla pero todo era en vano.
Por muchas
lunas el muchacho busco unos montes altos, caminó y caminó, hasta que al fin
los halló, una vez allí, alzó sus brazos en señal de súplica, pero ni así, pudo
cumplir su deseo.
En su
desesperado y solitario corazón no cabía más que su amor por a inalcanzable
luna.
Atormentado,
Yasí-Rata abandonó su pueblo y camino hacia el ocaso con la ilusión de
rodearla
con un
abrazo en el momento que ella tocase el horizonte.
La marcha
fue incesante, el camino intrincado y duro, tanto que sus pies ampollados le
hicieron detenerse para remojarlos en el
agua fría del Paraná.
Sentado a la vera del río lo sorprendió la noche y
allí apareció la imagen reflejada en el agua, él emocionado se paró para ver
mejor aquella imagen y entonces, se vio, allí estaban juntos por primera vez.
Sin pensarlo, se arrojó a los brazos de
su idolatrada luna.
Pero al caer
sobre las aguas, las imágenes desaparecieron y Yasí-Rata fue devorado por la
correntada.
Tupá, el
Dios bueno y generoso de los guaraníes, sintió una profunda compasión por el
muchacho y decidió traerlo a la tierra nuevamente transformado en flor de Irupé
cuyas flores blancas significan la pureza y la transformación en rojo, luego de
unos días, la encendida pasión de Yasí-Rata, que ahora perdurará por siempre
hasta el fin de los días.
Yasí-Rata
podrá conversar con su amada todas las noches de su vida y ya no se separará de
ella nunca jamás, sin dudas, fue un generoso premio que Tupá le concedió al
joven, por un amor tan puro y desinteresado.