DON BUENA DOJORTI Y SU
VIGENCIA
El
pasado 29 de julio se cumplieron seis décadas del día en que Don Buena se fue
para el lado de las nubes. Como sucede con todo ser humano que peleó por sus
ideales con alegría, ni la muerte física ni el olvido (que es la verdadera
muerte) han podido con él.
Pero,
claro, hay una cantidad de "difusores" con espacios a su disposición en radios
y televisoras que, conscientemente o no, aportan su granito de arena a la
montaña del olvido.
Y
también hay de los que homenajean con palabras de recuerdo pero al momento de
ilustrar con algo del homenajeado, al no saber (porque no se molestan en
preguntar a quien está un poquito más informado que ellos) mandan al aire un
tema de autoría del hombre en cuestión, pero interpretado por otro artista.
Y
de Don Buena hay varios CD con su
voz y la música y canto de su "Tropilla de Huachi Pampa" que están a
disposición de quien guste. Esto lo podrá comprobar cualquier paisana o paisano
conectándose con el nieto de don Dojorti. Carlos Semorile es el hombre y una
forma de tomar contacto con él es su correo electrónico:
carlossemorile@gmail.com
A
su amabilidad, que motiva un sincero agradecimiento, debe esta página el texto
que va a continuación, con el título "Creo en todo"
Ricardo Luis Acebal
Uno de los CD de Don Buena. La foto de su tapa, de Annemarie Heinrich, lo muestra en el centro, rodeado de su "Tropilla de Huachi Pampa"
Creo en todo
En las líneas que siguen, pueden apreciarse al
menos dos aspectos desatendidos en los escritos sobre Eusebio Dojorti. En
primer lugar, su recurrente intención de escribir un libro "nacional" que
denunciase el vergonzoso papel de los "intelectuales de aldea", como los
llamaba con ironía y desprecio. En segundo término, una confesión tan diáfana
como potente que debería hacernos revisar las habituales imágenes que tenemos
de un Buenaventura meramente apesadumbrado y nostálgico. Leámoslas, y
celebremos que Eusebio haya sido "un hombre singular y extraordinariamente
feliz".
No tengo la culpa de escribir este libro. A mí no
me dejaron ser un buen cultivador de la tierra.
Es más improbable el entendimiento con un individuo
que con un pueblo (Esa es otra de las razones por las cuales escribo este
libro).
Buenaventura Luna. Serio, pero no solemne.
Ninguna página de este libro ha sido escrita para
intelectuales. Lo hacemos notar no por eximirnos de responsabilidades ni con
ánimo de pedirles disculpas, sino con el propósito de avisarles que son ellos
los que deben pedírselas al país, por no saber servirlo en la medida que impone
la condición de argentino.
El autor de estas páginas ha sido labriego en el
valle de Huaco. Junto a su padre, sembrador de trigo, también hizo las veces de
arriero y de pastor.
Aunque parezca fantástico o demasiado ingenuo, yo
soy un hombre feliz. Feliz porque creo en la bondad de los otros y en la bondad
providencial de Dios; en la bondad de las tradiciones; en el buen querer dulce
y amargo de mis genitores; en mis hermanos; en el amor de las mujeres hermosas
que me dio la vida; y en el afecto bien intencionado de mis amigos.
Yo creo en todo y, tal vez por eso, me tengo por un
hombre singular y extraordinariamente feliz.
Con esto quiero decir -lector caritativo o
indiferente- que no quise escribir cosas malas en este libro. Si alguna
hallares, cúlpame sin miedo, pero no por mal intencionado, sino por falto de
conocimiento. Porque yo quería darte en este libro lo mejor de mí; uno que otro
resabio bíblico, alguna lírica cosa oriental de donde viene el mundo y el
hombre que lo habita desde hace tanto tiempo; alguna referencia a mi amistad
inteligente con Jorge Manrique y con Cervantes; alguna íntima familiaridad con
el hombre casi inédito de mi tierra nacional.
Fuera de eso, tengo que confesarte que el librito
que vas a leer ahora es un resultado de mi frotamiento personal con los
arrieros, labriegos y pastores de mi tierra, analfabetos, sí, a los cuales
siempre tuve por cultos en despecho de modales que a los cultistas podían
parecerles rústicos o bárbaros.
Las sonrisas del abuelo Don Buena y de su nieto Carlos Semorile
Identidad
Cultural
sugiere entrar en "Más
de Noticias, notas y reportajes" (ubicada a la derecha de su pantalla), a fin
de acceder a otros aspectos de la rica personalidad de "Don Buena":
REFERENTE BUENAVENTURA LUNA - BUENAVENTURA LUNA: "Y TE
PEDÍ UN AMOR DE LUNA LLENA" - EL DÍA EN QUE MANUEL J. CASTILLA LE METIÓ LA
MULITA A BUENAVENTURA LUNA - BUENAVENTURA LUNA SIGUE TENDIÉNDONOS PUENTES -
BUENAVENTURA LUNA Y LA CUESTIÓN NACIONAL - BUENAVENTURA LUNA Documento sonoro
inédito gentileza de Carlos Semorile
La excelente escultura de Fernando Pugliese lo muestra como lo que no fue: cantor y guitarrero. Pero el asombrado gurisito lo observa como esperando que en cualquier momento Don Buena haga oir su voz.
Audio de la nota: "La juguetona" - cueca letra y música de Buenaventura Luna. Grabada el 9-11-1939