Si queremos
conocer algo sobre la Pachamama debemos decir que no es ningún "Dios femenino"
como muchos lo describen, ni nada que se le parezca.
Es preciso
saber que es una creencia espiritual que, si bien abarca todo el universo, es
decir, todo el cosmos incluida la Tierra, y aunque se le asemeje al concepto de
un Dios, no se puede comparar ni puede encontrársele puntos en común.
Los Kechuas
y Aymaras, son quienes hoy en día mantienen vivo su culto, no conciben que su
máximo creador y que muchos reconocen como Viracocha, no esté vivo al lado de
cada uno de nosotros y exista alejado del hombre en ningún "Cielo".
La Pachamama
no castiga, ni envía tormentas ni nada por el estilo.
Claro que
cuando uno asume el compromiso de sostener su creencia, no se debe tomar en
broma las ceremonias que se le hacen.
Los
integrantes de las comunidades aborígenes saben que si, con la confianza que le
tienen, obtienen alguna protección y alivio con respecto a sus problemas, no
deben eludir jamás el rito de compartir todo primer trago de cualquier bebida y
el primer bocado de alimento con ella. Si bien no hacerlo no les va a acarrear
calamidades, si los hará poner tristes y no recuperaran la alegría de la vida
hasta que no reparen la falta de consecuencia con ella.
Digamos
entonces, que la Pachamama es un ser invisible y presente día y noche en todas
partes.
En algunas
regiones de Salta, provincia del noroeste de nuestro país Argentina, se cree
que la Pachamama es una anciana que cuida y vigila todo y a todos, que protege
los tesoros dejados por los antiguos como testimonio de su paso por este mundo.
Dicen los
ancianos que la Pachamama mora en todas partes, pero desde el cerro de Cachi
custodia y vigila.
La Pachamama
trata los hombres como a sus hijos y
como tales los "llama al orden" pero no
busca que le tengan miedo, sino respeto.
Los mayores
cuentan que en la cumbre del cerro Blanco hay un lago, que rodea a una isla
habitada por un toro blanco cuyas astas son doradas y también cuentan de este animal
que solo con bramar produce terribles tormentas.
Otras
versiones cuentan que de la unión amorosa de la Pachamama con Pachacamac se han
generado diferentes mundos, el físico, el humano, el de los animales y el de
las plantas.