El diluvio según los guaraníes
Dicen que dicen...
los guaraníes que el buen Dios Tupá
había prevenido al payé Tamandaré, (hechicero Tamandaré) que la tierra sería
anegada por las aguas y que si él y su familia querían sobrevivir al avance de
estas, deberían buscar una gran palmera, la más alta, la que sobresaliera de
todas ellas y a la cual todos tendrían que asirse para salvaguardar sus vidas.
Comida no les faltaría porque
podrían comer los brotes de la palmera.
Pasó algún tiempo y tal la
predicción de Tupá llegaron las lluvias que parecían eternas y que todo lo
arrasaban.
Tamandaré, que ya había sido
advertido, ya había elegido la palmera más alta, entonces reunió a los
familiares y los llevó hacia el lugar elegido y luego todos ascendieron.
Permanecieron largos días sobre sus ramas a la espera que la lluvia cesara y
utilizando los frutos del árbol como único alimento.
Cuando la lluvia terminó y las
aguas se retiraron Tamandaré y sus descendientes, únicos sobrevivientes,
volvieron a poblar la tierra nuevamente.
El diluvio
según los pobladores del Arauco
Dicen que dicen...
los antiguos que hace muchos pero muchos
años atrás, una lluvia copiosa e interminable se dejó caer, inundándolo todo.
Ante lo inevitable, toda la nación
del Arauco abandonó sus tierras y buscó refugio en un cerro al que todos
llamaban Trentrén y a los animales los refugiaron en otro cerro conocido como
Caicán.
La lluvia continuaba sin dar
respiro y cada vez que las aguas subían de nivel amenazando a cuanto ser
viviente había por aquellas tierras, tanto humanos como animales, trepaban más
alto, cada vez más cerca de la cima.
Fue mucho el tiempo que llovió y
pasaron muchas lunas hasta que amainó pero al fin paró, luego, poco a poco
hombres y animales retornaron nuevamente a la tierra firme y llana.
Desde ese tiempo proviene la
adoración que los araucanos tienen sobre los cerros antes mencionados.
El diluvio
según los araucanos del sur chileno
Dicen que dicen...
que advertidos que el diluvio
sobrevendría, todo el pueblo se refugió en los mitológicos cerros.
Trentrén una culebra protectora les
anunció que deberían resistir las aguas el mayor tiempo posible, puesto que una
colosal culebra enemiga de los hombres, los arrasaría.
Era tanto el furor de la tormenta
que enormes olas arreciaban contra los cerros y en cada embate barrían a
aquellos que habían buscado refugio en la parte más baja del cerro e inmediatamente
eran transformados en ballenas y pájaros.
Pocos fueron los que pudieron
resistir el furor de la tormenta, los que lo lograron, una vez que descendieron
las aguas fueron a los llanos y allí armaron sus rucas (casas).
El diluvio
según los onas
Dicen que dicen...
que mucho pero mucho tiempo atrás, hubo
una época de intensas lluvias e irreproducibles inundaciones.
Por aquellos tiempos todas las
tierras quedaron cubiertas por las aguas y éstas subieron y subieron cada vez
más y más alto, hasta que por fin cubrió las cimas de las montañas. Los hombres
para salvarse se habían subido a las rocas pero sin lograrlo fueron
transformados en pájaros.
Después el agua bajó y todo
volvió a ser como era antes pero desde aquella vez, tanto a los hombres como a
los pájaros les gusta posarse sobre las rocas y disfrutar el sol.