Aguafuertes Provincianas
(Editorial Corregidor) es una especie de mapa poético de la Argentina profunda, donde podrá hallar el sabor del vino de los mineros y del pan de agua de los pescadores del Paraná, la nostalgia del viejo ferroviario comarcano y el pacto secreto del mendigo con el perro callejero. El número de naves que se han hundido en la pintura de Quinquela Martin y la edad que la Pachamama tiene en la chicha. Las manos del zafrero y los pies de los peregrinos devotos de los santos paganos del país… Las inscripciones en los camiones y las coplas anónimas de las bagualeras norteñas, los curiosos nombres de algunos pueblos y el habla popular de los argentinos…
SOBRE EL LIBRO
: En "Aguafuertes Provincianas" el lector es invitado a transitar por los caminos de la América descalza y las canciones desesperadas de los hijos de Martín Fierro, y todo lo que acontece en el alma de los hombres que viven entre lugares que, paradójicamente, se llaman La Matanza o Santos Lugares. Enel libro conviven el brusco don del espíritu de Borges y los alaridos urgentes de Horacio Guarany, Whitman y Yupanqui se unen el destino del canto humano, reseñas poéticas como "Facundo, el libro que Sarmiento escribió con amor a sus odios" y el canto de los vencidos de José Larralde, el misterio de la vidala, la soledad de las biblias de los hoteles de provincia y la poesía de poetas populares que antes de ser hombres de letras prefirieron hacer "letras para los hombres".
Manifiestos de la cultura popular y gritos sagrados, mariscadores, hacheros, zafreros, cartoneros, tejedoras, rezadoras, vidaleras, payadores, y muchos argentinos que hacen cultura con su propia vida, son los protagonistas de esta obra.
SOBRE PEDRO PATZER:
Estudió letras en la UBA. Guionista recibido en el ISER, dicta allí clases de guión de radio (también en Eter). En La Folklórica, de Radio Nacional se desempeña como guionista (contenidos) desde 2003. Ganador de SIETE PREMIOS ARGENTORES por escritura en radio: por "Pequeños Pueblos...Grandes universos" (2006); "Biblioteca Popular" (2006) y "Cancionero del Pan" (2009) , "La Canción Desesperada" (2010) , "Bicentenario" (2010); "Facundo, un libro que escribió Sarmiento con amor a sus odios"(2011) y "En el gran cielo de la Poesía" (2011). Previo a Aguafuertes... tiene publicados dos libros de poemas: "Artefactos de Mar" (2000) y "Efectos Secundarios" (Anaya, España). Su primera obra de teatro, "Epígrafes" fue seleccionada por el ciclo
Teatro x la Identidad
, de las Abuelas de Plaza de Mayo, y fue representada en todo el país.
Links
"Pan y Cielo", el blog de Pedro Patzer
"Salamancas y Caminos" y "Paradigmas" (micros de su autoría en
http://www.radionacional.com.ar/
SE CONSIGUE EN CORREGIDOR - RODRÍGUEZ PEÑA 452 - CABA - (54) (11) 4374 4959/5000
Guionista radial y docente, su trabajo consistió
aquí en recuperar realidades y leyendas de la Argentina profunda y armar con
ellas una especie de cartografía literaria, traducida en breves pero intensas
aguafuertes.
Por Cristian
Vitale
"Soy un zonzo que se ha avivado", dice Pedro Patzer sobre sí. Intenta
explicar así, en clave jauretcheana, una simbiosis que le notificó una
reorientación a su búsqueda. "Un zonzo que conocía a Rimbaud, pero no lo que
Berbel te puede decir acerca del río Limay; que conocía de la gastronomía
francesa pero no entendía eso que nos dice Larralde del guisito. Cuando
estudiaba letras en la UBA me hablaban de surrealismo o dadaísmo, pero no de la
Salamanca", desarrolla él y va desentrañando los ejes sobre los cuales gira su
libro Aguafuertes Provincianas, publicado recientemente por Editorial
Corregidor. Un libro cuya sinopsis lo pone en el lugar de mapa poético de la
Argentina profunda. Una especie de cartografía literaria, traducida en breves
pero intensas aguafuertes, que se expresa en manifiestos de la cultura popular.
En mariscadores, hacheros y zafreros. En cartoneros, tejedoras y rezadoras. En
vidaleras y payadores. Que pone en acto lo que el autor supo mirar, más allá
del aula universitaria. "El libro está hecho de la suma de pequeñas historias:
la mano del zafrero, la mirada del ferroviario que perdió el tren, todo lo que
cabe en el silencio del minero, el horizonte, el hombre del cerro o los nombres
de los pueblos ¿no?, porque todos conocen Palermo Soho o Palermo Hollywood,
pero pocos que en la Patagonia hay dos pueblos que se llaman Cajón de Ginebra
Chica o Cajón de Ginebra Grande", extiende.
Lo que se escribe, entonces, queda
claro. Quien lo escribe es un ex estudiante de Letras de la Universidad de
Buenos Aires devenido guionista radial. Un docente de tal condición en el ISER
y en el ETER, que hace diez años, en su carácter de realizador de contenidos,
carbura ideas para Radio Nacional Folklórica. Que escribe libros de poesía
(Artefactos de mar, Efectos secundarios), y obras de teatro como Epígrafes,
seleccionada por el ciclo Teatro x la Identidad, para ser representada en todo
el país. "La idea de estas aguafuertes es comprender que la cultura de la
Argentina profunda está hecha por la gente y por sus historias, entender que
somos hijos de lo ancestral y de los trenes, no sólo de los barcos. Carlos
Fuentes dice que nosotros venimos de los barcos, pero acá hay una discusión: yo
digo venimos de los trenes. Primero venimos de una cultura ancestral... tenemos
la edad de la papa, la edad del maíz, y también somos hijos de los trenes.
Nuestra cultura se junta con esas tonadas que vienen de las regiones, con el
quechua o el guaraní, con las leyendas, los carnavales o los diablos del
noroeste."
-Alguien podría decirle: "Bueno, sí,
pero los trenes vinieron de los barcos". ¡Hay que estar preparados para la
reaccción!
(Risas.) -Sí, pero antes de los barcos
acá había una cultura ancestral. Es cierto que en algún sentido venimos de los
barcos, pero se enfoca mucho ahí y no en la cultura que se desarrolló a partir
de eso. Todas las cosas que vinieron con los trenes y transformaron la
Argentina son parte profunda de nuestra realidad. En definitiva, sigue habiendo
una tensión entre la cultura del barco, la cultura ancestral y la cultura del
tren, porque son tres movimientos que están en disputa. La Pachamama, de alguna
manera, vino en tren y Halloween o mi abuelo de los barcos, pero hay un momento
en que uno tiene que tener conciencia de dónde estamos, de quiénes somos,
porque el tren fundó ciudades y fundó desiertos. Cuando fue eso de "ramal que
para ramal que cierra", murieron más de 600 pueblos, y quedaron un montón de
fantasmas, una cultura latente. Pienso que el tren es el gran tema de la
cultura argentina. Hablás de ellos en una radio y tenés miles de llamados.
Yupanqui era hijo de ferroviarios, María Elena Walsh, Jairo, Daniel Salzano y
Manuel J. Castilla, también. Es un mundo fascinante el de los trenes, es la
gran deuda de la cultura popular.
-¿Por qué le dedicó el aguafuerte que
habla de ellos ("Los hijos del tren") a Tarragó Ros?
-Porque él tiene una mirada muy hermosa
sobre esto. Es un hombre que ha recorrido el país en tren. Me ha contado, por
ejemplo, que cuando el tren económico de Corrientes se atascaba por la
inundación, todos los pasajeros se bajaban a empujarlo, o lo que significaba el
tren para La Pampa, o para Formosa, donde el doctor Laureano Maradona se bajó y
se quedó allí, en plena selva y durante sesenta años, para curar a los indios del
lugar. Pienso en Kosteki y Santillán, también.
"Los hijos del tren" es una de las 85
aguafuertes que Patzer resuelve en casi 200 páginas. Muchas van dirigidas a
alguien en especial y algunas asociaciones son inevitables: "América descalza,
continente de pie", y Hugo Chávez; "Los tilingos y la civilización y barbarie",
y Norberto Galasso; "Hombres que nos hablan desde la otra orilla del río", y
Marcelo Simón; "La caja, monumento sonoro de la copla", y Mariana Carrizo; "La
puna, una exclamación de la vida humana", y Jaime Torres; o "Pueblo y corazón,
dos palabras un destino", y Néstor Kirchner. "Pienso que cuando la poesía dejó
de hablar de la palabra corazón, la política dejó de hablar de la palabra
pueblo, y la reemplazó por ciudadano, vecino, gente y toda esa mierda. Me
calenté con esa idea, me puse a viajar y encontré que en La Biblia, en
Shakespeare, en la Odisea o en el Quijote la palabra corazón y la palabra
pueblo son casi sinónimos de dos cosas tan iguales, que hasta nos resulta
difícil llevarlas al lenguaje. Pienso en la palabra antigal, también. Cuando
estudiaba letras, los lingüistas estaban fascinados con los misterios de la
palabra saudade, pero nadie me explicaba qué era la palabra antigal, y me di
cuenta de que esa palabra, que ni siquiera puede cobijar el Diccionario de la
Real Academia, es tan poderosa, tan nuestra, que todavía no la hemos
descubierto del todo."
-El recurrente mandato cultural de la
"civilización".
-Sí, porque en
ciertos sectores de la sociedad es más fácil que se celebre Halloween, que la
Pachamama. O es más fácil hablar del Saint Patrick Day irlandés, que del
pombero de la región guaraní o los duendes del Noroeste. Esto no es una arenga
nacionalista, sino un llamado de atención cultural, una mirada hacia los
idiomas secretos que abundan en nuestro país, porque nos criamos conociendo los
ríos europeos, pero no lo que sucede a orillas del Pilcomayo. Este libro es
hijo de esas carencias.